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Opinión

Un Bukele en Colombia

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Por: Germán Sánchez  

Una partecita del país político se ha conmocionado porque en una encuesta y varias mediciones en el país los colombianos, en casi un 60 por ciento, piden que un mandatario como Nayib Bukele del Salvador nos gobernara. Incluso algunos medios y portales han tratado de dar explicaciones del fenómeno y hecho análisis sobre tal situación. Pero buena parte de ellos se pifia con el sesgo evidente a dicha mirada.

Olvidan que son realidades incontrovertibles como la del informe de la ONU y la firma Inclusión -de hace apenas 5 días- que señaló que el 70 por ciento de los colombianos es pobre, no tiene trabajo digno ni educación. O la vergüenza que acaba de ocurrir con la sentencia de la Corte Suprema de Justicia absolviendo al expresidente de la Corte Constitucional, Rodrigo Escobar Gil. O que según los últimos datos en el país se comete un feminicidio cada 28 horas. Que ha aumentado el reclutamiento forzoso de jóvenes en las regiones de parte de guerrillas y grupos al margen de la Ley y quienes se resisten son asesinados, mientras todas las instituciones, los líderes políticos y gobierno como si nada. Declaracioncitas de indignación, consejitos de seguridad institucionales y listo, como si con eso fuera suficiente. Estas son pequeñas muestras de porque la gente pide a alguien que al estilo de Bukele, trate medio de barrer en esa especie de basureo institucional en que está y sigue yendo el país.

Ni que hablar de que para los connacionales el gran problema sigue siendo la inseguridad en ciudades y el campo, robos por allí y por acá, asaltos, atracos, asesinatos y nada que hablar de casos de corrupción que siguen brotando como flores silvestres. Lo que se percibe por todas partes es un hastío general sobre la situación, los “liderazgos” clásicos y las ciegas defensas a las instituciones como si fueran lo máximo, lo mejor o estuvieran bien, especialmente la justicia que es la que la gente ve menos en su actuar y siente incoherente.

Por eso, cada día es más común que las personas se defiendan del hampón, no quieran dejarse violentar y hacer justicia inmediata y no esperar por la parsimoniosa y de marañas en el aparato judicial colombiano.

«Actualmente vemos estos linchamientos que hay cuando se presenta un hurto y esto se ha normalizado más, pero de justicia no tiene nada», dice un apartado de la revista Cambio citando uno de sus analistas, a propósito del fenómeno Bukele.  Sin embargo, se pifia frente a lo que califica de que la gente cree que Justicia es Venganza. No. Porque entonces es como decir que no es buen ser humano, es moralmente inferior o mala persona el que guste, comparta o esté de acuerdo cuando se hace justicia real inmediata. O en otras palabras, pareciera que lo normal o bueno es dejarse robar, no hacer nada y dejarle todo, o sea nada, a la lentísima justicia formal. Esa es una larga y profunda discusión que nos debemos.

Se han equivocado los medios nacionales totalmente en su análisis sobre la popularidad de ese señor salvadoreño en Colombia, porque de una vez quieren imponer la teoría sobre la institución de la «justicia» impoluta, pero la verdad es que hasta ahora ha sido de formas, procedimental, inepta, ineficiente y parsimoniosa aquí y en otras latitudes del continente; la que siempre equipara a la víctima con el victimario. Incluso pareciera colocar a este último muy por encima por prebendas y derechos más que a la primera. Al violador por encima de la niña volada, al sicario por encima del sicariado. Al asaltante más arriba de la persona robada o que se defiende del robo. Como diría alguien exagerando: una «justicia» que pareciera hecha para el hampa y no para el resto de los ciudadanos.

Pero la verdad es que los de a pie se cansaron de una «justicia» formal, que actúa como tratando que nada cambie, como si todo estuviera bien o fuera de lo mejor en nuestras sociedades latinoamericanas. Descalificando y asfixiando a quien se defienda o busque justicia real y no se acomode a la de retórica y códigos.

Y conste que no defiendo a ese presidente, pero creo que sí entendió a la perfección el sentir y hastío de la inmensa mayoría de gente honrada, buena, trabajadora y luchadora de su país, del nuestro y de los vecinos, frente a instituciones estatales carcomidas, de manera especial la llamada justicia y los gobiernos.

Periodista del ámbito político administrativo y regional, con experiencia en diferentes medios de comunicación, director de Enfoque TeVe.