viernes, 11 de julio de 2025 17:06

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Opinión

Ni tontas, ni traidoras: las mujeres merecen respeto, siempre

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Por: Daniel Ávila.

Como ciudadano, como hijo, como padre, y como hombre comprometido con lo público, no puedo guardar silencio ante declaraciones que atentan contra la dignidad de las mujeres. Recientemente, en un evento político, el exalcalde de Ibagué se refirió de forma despectiva a la actual alcaldesa Johana Aranda, usando calificativos como “tonta”, “ingenua” y “Judas”. Más allá de las diferencias ideológicas que podamos tener y que las tengo, este tipo de lenguaje es inadmisible.

No soy afín a la administración de la alcaldesa. Tengo profundas reservas sobre su gestión, sus decisiones y el rumbo que ha tomado la ciudad. Pero una cosa es la crítica política, legítima y necesaria, y otra muy distinta es recurrir a expresiones cargadas de violencia simbólica y de género. Las mujeres no deben ser insultadas por ejercer el poder, ni tratadas como traidoras por tener pensamiento propio.

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Decir que una mujer solo es sabia si es sumisa, callada, “paciente” o “cariñosa”, es desconocer siglos de lucha por la igualdad. Es querer reducirlas a un molde funcional al poder masculino, y eso no lo podemos permitir. Una mujer también es sabia cuando levanta la voz, cuando toma decisiones difíciles, cuando se equivoca, aprende y sigue adelante. Ser mujer no es una deuda política, ni una etiqueta para ser manipulada al antojo de nadie.

En cada hogar, hay una mujer que edifica, que guía, que inspira. Desde nuestras madres y abuelas hasta nuestras compañeras, hijas, colegas y lideresas. La política necesita más mujeres valientes, autónomas y decididas. No para obedecer, sino para transformar.

Rechazo con firmeza cualquier forma de violencia política contra las mujeres. Que no se disfracen los agravios de discursos bíblicos. La Biblia habla de amor, de respeto, de compasión, no de humillar al otro para defender intereses personales.
Las mujeres no son traidoras por pensar diferente. Son protagonistas de la historia, y merecen respeto. Siempre.