Opinión
La Colosa: más inviable que nunca

Por: Camilo Padilla
En el 2016 Anglogold Ashanti tenía un poder inmenso: contaba con el apoyo del Gobierno Nacional, del entonces gobernador Oscar Barreto, de la Alcaldía de Cajamarca -al punto de intervenir en el diseño del EOT que se venía adelantando-, de medios de comunicación del Tolima condicionados a través de la pauta, hasta la Procuraduría General respondía a sus intereses.
Además de la férrea oposición de las organizaciones sociales y ambientales del Tolima, la superpoderosa multinacional tenía pocos opositores a nivel institucional: el recién electo Concejo Municipal de Cajamarca – que tuve la oportunidad de presidir durante ese año -, el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, y el director de Cortolima, Jorge Enrique Cardoso.
La primera acción de los nuevos concejales de Cajamarca, aún sin posesionarnos (noviembre de 2015), fue rechazar públicamente la invitación de Anglogold a un paseo a Brasil, el cual tenía como fachada una “capacitación en administración pública” ofrecida por la Universidad Javeriana, pero financiada por la multinacional. El rechazo fue cuestionado por algunos medios que llegaron a titular: “Concejales de Cajamarca se niegan a capacitarse”.
Vale la pena anotar que periodistas de algunos de esos medios habían sido los primeros beneficiarios de la empresa, que previamente había realizado el mencionado paseo para ellos.
Detener el proyecto en ese momento parecía imposible, pues aunque el movimiento ambiental del Tolima tenía ya una gran capacidad de movilización, no se había logrado incidir en instancias institucionales con capacidad de decisión. Tanto así, que en el 2015 ya había sido rechazada una iniciativa de Consulta en Cajamarca.
Cuando el movimiento ambiental y campesino de Cajamarca a través de un comité promotor, logró impulsar nuevamente la iniciativa de Consulta – en el marco de la Ley 1757 del 2015 – el Concejo a nivel institucional estaba “solo contra el mundo”, sin apoyo de ninguna entidad con excepción de Cortolima, pero presionado por el entonces procurador ambiental y agrario del Tolima Ernesto Cardoso, y por el mismísimo procurador general Alejandro Ordoñez, quien varias veces nos notificó con amenazas disfrazadas de advertencias de destitución e inhabilidad en caso de aprobar la iniciativa de Consulta.
De las muchas organizaciones y particulares que apoyaron al Concejo en el proceso de trámite y debate sobre la viabilidad de la consulta, entre los cuales fueron protagonistas los comités ambientales y organizaciones como Cosajuca y Tierra Digna, se destacaron tres expertos: Álvaro Pardo, Rodrigo Negrete y Julio Fierro. Estos ambientalistas con una alta formación técnica, científica y jurídica, apoyaron decididamente el proceso, participaron en varias sesiones del Concejo, en cabildos abiertos entregaron sus conceptos a favor de la iniciativa y alentaron a los concejales ante la persecución institucional y de la multinacional minera.
Hoy Álvaro Pardo Becerra es el nuevo presidente de la Agencia Nacional de Minería, y Rodrigo Negrete Montes el nuevo Director de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, ANLA. Además, Rodrigo hizo parte del equipo asesor para la formulación del EOT de Cajamarca que se radicó esta semana en Cortolima, el cual se busca blindar a la despensa agrícola de un proyecto de minería a gran escala como La Colosa.
A Anglogold no le queda nada, no tiene ningún apoyo institucional y sus más férreos opositores se encuentran en escenarios de decisión determinantes, no solo en el caso de la ANM y la ANLA con Pardo y Negrete. Julio Roberto Vargas desde la Alcaldía de Cajamarca, Renzo García desde la Asamblea Departamental, Martha Alfonso desde la Cámara de Representantes, y Valentina Camacho desde la subdirección de Educación y Participación de Minambiente, se orientan por toda una agenda ambiental que coincide con la del presidente Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, conocedores de primera mano el proceso de resistencia contra La Colosa.
A la multinacional no le queda ni siquiera el Barretismo, pues el hoy senador Oscar Barreto se acomodó como lo hizo su partido y votó a favor el proyecto de ley que implementa el Acuerdo de Escazú en Colombia. Esto no quiere decir que soterradamente el barretismo no pueda intentar obstaculizar el nuevo EOT de Cajamarca desde Cortolima, donde hay varios funcionarios muy cercanos a la multinacional.
Lo que sigue es revocarle los títulos mineros a la Anglogold Ashanti, que a pesar de la consulta popular de Cajamarca, aún los conserva sobre territorio Cajamarcuno, Ibaguereño y Salentino. Con el nuevo panorama político e institucional además de la defensa de Cajamarca será posible tomar medidas para la protección de las cuencas hídricas en el Norte del Tolima contaminadas por la minería, para hacerle frente a Telpico que amenaza a las comunidades de Alvarado y Piedras, y en general para proyectar al Tolima como potencia mundial de la vida.
Mención especial merece la situación del Bosque de Galilea, en donde ahora bajo las formas del capitalismo verde, una fundación quiere despojar a los campesinos de su territorio, con los espejismos de los bonos de carbono.