Opinión
EN CUNDAY, LOS BUENOS SOMOS MÁS…
Un municipio en el oriente del Tolima, de vocación agrícola y ganadera, un municipio de sexta categoría como la mayoría de municipalidades de nuestro país, un municipio víctima de la violencia, tomas guerrilleras y que por esa misma vía fue desconocido por el Estado dentro de los acuerdos de paz como uno de los más afectados por el conflicto (ZOMAC).
Por: Julián Enrique Betancourt Nieto – Exsecretario General Concejo Municipal de Cunday, Orgullosamente Cundayence – Orgullosamente Tresesquinuno
Una localidad que a pesar de las circunstancias, lucha por salir adelante gracias a la constancia, insistencia y fe de sus habitantes para hacer de este algo mejor para propios y forasteros, un municipio con diferencias políticas, diferencias que no son más que una idea diferente que al final le apunta a un solo rumbo, su propio desarrollo, “El Tesoro Natural del Oriente del Tolima” un territorio que en el pasado cuatrenio le aposto a la infraestructura pública como vía de desarrollo, y que hoy con una nueva administración se denota la apuesta a lo social, la seguridad, al medio ambiente y el turismo, un municipio que hacía más de tres años a pesar de los problemas locales y parroquiales a lo justo normal no tenía una alteración de su orden público que inquietara la tranquilidad de sus habitantes, tranquilidad que dejo de existir la noche del martes 11 de febrero con el vil asesinato de una persona que se podría definir con la palabra nobleza, el amigo de todos, Jeovanny Oliveros, o como lo conocíamos, “Poio” y tal vez estas líneas no lo devuelvan a la vida, ni den paz y tranquilidad a su familia, pero valen la pena para que esto no quede como una muerte más en estadísticas, preguntarnos ¿Qué está pasando en Cunday? La tierra donde nací, y nacieron, crecí y crecieron, y a la que le debo y le debemos lo que somos los mas de 10.000 mil Cundayeces esparcidos por el mundo.
Inseguridad. Es inevitable que al leer esta palabra en el imaginario se vengan los horrores o el peligro por el que esta pasando, un barrio, una ciudad o un municipio, sin embargo para el caso de Cunday, la radiografía en este tema no se aleja del común denominador por el que atraviesan la mayoría de poblaciones de nuestro país, hurtos a viviendas, consumo y venta de estupefacientes tanto en su cabecera municipal como en sus centros poblados, hechos que a veces se ven como normales y llegan a naturalizarse tanto en la razón de las comunidades que si las instituciones no actúan también hace parte de la cotidianidad normal de los hechos, pero lo ocurrido con el Concejal nos hizo repensar la problemática que parecía normal, en el “animal que se nos esta creciendo” como lo diría el actual Alcalde Luis Gabriel Pérez, en un medio de comunicación, ese animal que nos esta acabando con la juventud, el animal que sirve como semilla para hurtos, violencia, asesinatos, atracos, animal que hoy se esta tomando mi natal Tres Esquinas, donde los ladrones campean mostrando sus armas como cual fuerza pública, el animal que actúa bajo el nombre de drogadicción.
De tal manera es preciso aceptar y reconocer lo anterior como único factor de inseguridad que está sucediendo y que nada tiene que ver con factores políticos como la estigmatización o asesinato sistemático de lideres sociales como lo quisieron hacer ver algunos líderes políticos del departamento que en su vida han ido a Cunday, por ende no conocen las problemáticas del territorio, y es que si aceptamos la realidad de los problemas de seguridad, nos permitirá empezar a tomar acciones, no solo desde las instituciones, si no también desde la misma comunidad, es cierto que a veces el miedo cohíbe de denunciar, pero esto no puede ser factor determinante para dejar que la delincuencia impere, mas cuando salimos de un pasado tal ves mas grave, el pasado de 60 años de conflicto, el pasado en el que las extintas Farc y las fuerzas del Estado nos mataban cuando nuestra única culpa había sido nacer campesinos en zona de conflicto, pero todo esto lo superamos juntos y lo superamos sencillamente porque “los buenos somos más”
Y como somos más, debemos empezar a utilizar las vías institucionales para denunciar todos los hechos delincuenciales, y por la misma vía las instituciones políticas y la Fuerza Pública deben responderle a la comunidad con acciones contundentes como la fugaz captura de los asesinos de nuestro amigo Jeovanny, o como la incautación de un vehículo y dos motos hurtadas en Tres Esquinas, acciones que se deben mantener en el tiempo y no que sean solo de un momento coyuntural, pues de esto depende que las comunidades vuelvan a confiar en las instituciones y acabar por completo el vacío institucional en materia de seguridad que viven nuestros corregimientos, se debe reevaluar la necesidad imperante de fortalecer con mas unidades policiales al municipio, hecho que no se puede quedar como tema de debate en el Concejo Municipal, pues ya se ha debatido más de dos años, es hora de pasar a la práctica.
Cuando logremos un trabajo articulado de todo lo anterior, Instituciones políticas, Fuerza Pública, comunidad, empezaremos a recuperar a Cunday de las garras del “animal que se está creciendo” es hora de que nos involucremos todos incluyendo los que hoy formamos las famosas colonias cundayences en las diferentes ciudades del país, es hora de dejar a un lado la polarización a la que nos ha sumido la dinámica política electoral, es hora de que comprendamos que aunque con posiciones políticas divididas, todos somos cundayences que en un ejercicio democrático tenemos ideas diferentes de desarrollo que al fin y al cabo benefician no a un bando o a otro, si no a todo aquel que habite Cunday, incluyendo los foráneos, es hora de que actuemos como en vida lo haría Jeovanny Oliveros, como cundayence y no como integrante de una fuerza política, pues al fin y al cabo el atraso social y económico, y la misma delincuencia no distingue entre bandos políticos, por eso es hora de empujar todos ese bus llamado Cunday “porque los buenos somos más”