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Opinión

¡El que calla otorga!

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Sin el más mínimo respeto por la ciudadanía y la opinión pública, que se enteró hace una semana de las sorprendentes cifras que demuestran como se malgastan los recursos públicos de varias entidades del departamento para ponerlos al servicio de campañas políticas, las cabezas de esas entidades simplemente optaron por un silencio sepulcral.

Por: César Picón

En lugar de responder con argumentos y esclarecer lo expuesto por las directivas del Partido Liberal, como correspondería a cualquier servidor público, más aun de la dignidad de un gobernador y los directivos de las instituciones más importantes del departamento, pusieron a sus pajes a tratar de desviar la atención, tender cortinas de humo y lanzar ofensas y distractores, todo sin referirse ni una pizca a lo que verdaderamente importa, que es un debate de fondo sobre la forma como profanan los dineros que pagamos los tolimenses a través de los impuestos, que deberían ser invertidos en proyectos de desarrollo, pero que hoy están al servicio de garantizar la continuidad en el poder.

¿Qué explicación da el señor Gobernador sobre la sorprendente cifra de más de 72 mil millones de pesos gastados el año pasado en más de 4 mil contratos de prestación de servicios?

¿Acaso no es un valor absurdo?

¿Cuántos acueductos, vías o colegios se habrían podido construir con esa plata? ¿Es acaso normal que muchos de esos contratados, como se puso en evidencia, mantengan en servicio activo de las campañas políticas conservadoras?

¿Que tiene para decir la directora de Cortolima que en su entidad el año pasado alcanzaron el abominable gasto de 22 mil millones en cerca de un millar de contratos de prestación de servicios? Si en otros periodos han podido funcionar con menos de 7 mil millones en contratación de personal externo ¿Cuál es la razón para haber triplicado esa cifra? Con esos recursos habrían podido reforestar más de 2.200 hectáreas en solo un año, o financiar decenas de colectores y plantas de tratamiento de aguas residuales que tanta falta hacen en Ibagué y otros tantos municipios del departamento.

¿Qué dicen el señor gerente del Hospital del Líbano, sobre las evidencias que muestran como buena parte de los contratistas del hospital terminaron convertidos en jefes de campaña o apasionados activistas azules? ¿No es acaso necesario que cientos de enfermeras, técnicos y administrativos, estuvieran recorriendo los centros poblados y veredas ejerciendo la salud preventiva y no buscando votos?

¿Y que tiene para decir el Gerente del Hospital Federico Lleras, frente al hecho que un acelerador lineal para hacer radioterapia que se compró hace casi 2 años y que costó más de 12 mil millones de pesos, por evidentes irregularidades aun no esté en funcionamiento?

Que el gobernador y los directivos de las mencionadas entidades acepten con su silencio la responsabilidad que les asiste frente a este descalabro de los recursos públicos es una cosa, pero que no ofendan la inteligencia de la ciudadanía tratando de escudarse en supuestos ataques político – electorales para disimular sus actos poco éticos.

Aquí el debate es sobre lo que están haciendo con los recursos públicos que administran, por eso es una burla mayor que frente a cuestionamientos de carácter administrativo no haya respuestas objetivas, solo columnas y griterías de terceros.