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Opinión

Así es imposible

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Por: Germán Sánchez

Desde hace mes y medio le había pedido a un grupo de amigos, conocidos, compañeros y familiares que me hicieran la siguiente colaboración: Contarme como les iba en atención al cliente, en información real de oferta de carta frente a realidad de lo disponible y otros detalles, cuando fueran a algún tipo de restaurante o lugar de comidas en Ibagué.

Nada académico, ni riguroso metodológicamente hablando, ni siquiera de inmersión objetiva, solo de simple observación y por eso solicité que me describieran vía WhatsApp o por audio cómo les fue.

No había formato, formulario ni preguntas abiertas o cerradas. Nada de ello. Solo experiencia.

Pues bien, de ese universo que fueron unas 100 personas en total, a 87 les continúo -ojo, escribí bien- yendo mal en la experiencia en restaurantes. Al restante les fue bien o les pareció que habían mejorado en servicio y atención.

Para no hacerme tedioso solo voy a referirme a lo más protuberante: están fallando, por no decir, que están diciendo mentiras, restaurantes frente a los productos que ofrecen en sus cartas virtuales o físicas y la promoción de productos por redes sociales, con relación a lo que pide el comensal en su negocio. «No hay, ya no lo tenemos, se agotó, por hoy no está en el menú» y un sin número de excusas más.

No sería más fácil sacarlos de la carta, poner un pequeño llamado de atención en la misma carta sobre producto agotado o no ofertado ya, algo así; eso es mejor que dejar que la gente llegue, se siente, pierda tiempo para decirles que ofrecen o que no. Incluso esa debería ser la primera información.

(Lea también en Enfoque TeVe: Acordar sobre lo fundamental – Por: Germán Sánchez)

Sumado a esto a la demora en algunos pedidos, que el cliente debe preguntar si ya están o se tardan más aún. Ahí también seguimos fallando cuando con un simple anuncio de en cuantos minutos está el plato servido, se puede corregir.

Por eso, hasta que nosotros no eliminemos la cultura de la mentira, de vender por vender, de llenar por llenar, será muy difícil hablar con hechos, acciones contundentes de la ciudad como un destino gastronómico y turístico serio y de calidad. De alto valor. Claro que eso en discursos y presentaciones institucionales sigue siendo hermoso y de impacto, pero en la verdad verdadera es solo un cuento más.

Así, con esta realidad, ningún esfuerzo de las secretarías del área, de las autoridades y de sus propios gremios sirve más que para entablar un bonito y formal diálogo de ferias y eventos sectoriales. Bueno para las fotos y lucirse, también.

Hay que trabajar para mejorar ello seriamente, con innovación e instalando una nueva cultura organizacional de servicio. No es más. Feliz desayuno, almuerzo y cena.