La impunidad y la inacción de la Fiscalía: ¿De qué sirve denunciar?

Por: Mauricio Gutiérrez, abogado y columnista chaparraluno

Hace unos días, un amigo cercano, quien ostenta una dignidad electoral en la ciudad de Ibagué, fue víctima de un hurto descarado. Su vehículo fue desmantelado por ladrones que se llevaron desde los espejos hasta objetos personales. Cumpliendo con el deber cívico y con la esperanza de obtener justicia, se interpuso la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación, seccional Ibagué. Sin embargo, en tiempo récord, esta entidad archivó el caso, ignorando la evidencia y dejando en el aire las posibilidades de justicia, reparación y verdad para la víctima.

Este no es un caso aislado. Cada día, los ciudadanos del Tolima en general experimentan una creciente ola de inseguridad que parece imparable. La extorsión, el hurto y el homicidio son constantes que golpean la tranquilidad de nuestra comunidad. No obstante, en vez de encontrar en la Fiscalía un aliado para combatir estos crímenes, lo que obtenemos es desdén y negligencia. Las decisiones de archivo en casos como el de mi amigo no solo significan un cierre abrupto de la posibilidad de justicia, sino una clara vulneración a los derechos fundamentales de quienes esperan, en vano, una respuesta del Estado.

La Constitución de Colombia establece que uno de los fines esenciales del Estado es garantizar la justicia y la protección de sus ciudadanos. Cuando la Fiscalía archiva sin razón suficiente casos en los que la evidencia es clara, está incumpliendo esta misión fundamental. Se olvida de su deber de perseguir el delito, permitiendo que los criminales queden en libertad para seguir aterrorizando a una sociedad cada vez más desprotegida. Esta inacción alimenta la impunidad y perpetúa una estructura de inseguridad que va en aumento.

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Es indignante ver cómo, día a día, la ciudadanía pierde la confianza en un sistema que parece estar más enfocado en el archivo de casos que en la protección de quienes claman justicia. En cada archivo, en cada expediente cerrado, los derechos a la justicia, la verdad y la seguridad son ignorados, dejando a las víctimas a su suerte y a los delincuentes con una carta blanca para seguir actuando.

La Fiscalía está en deuda con el Departamento del Tolima y sus habitantes. Necesitamos que esta entidad recupere su compromiso con la justicia, persiguiendo a los responsables de estos delitos, desarticulando las organizaciones y bandas criminales. Solo así podremos recuperar la confianza en el sistema y la tranquilidad en nuestras calles. No podemos permitir que la justicia se convierta en una promesa vacía, mientras la impunidad reina y nuestros derechos son pisoteados.