Por: Guillermo Naranjo 

De acuerdo con la información del DANE, la economía de Ibagué representa el 42% de la producción final del Departamento del Tolima, sin embargo, el valor agregado de la capital musical pasó de 8.791 (miles de millones de pesos) en 2019, a la cifra de 8.402 (miles de millones de pesos) en 2020.

Al revisar los datos se destaca que el 78% (6.546) los aporta el sector terciario, según el DANE, este sector Incluye las actividades de electricidad, gas y agua; comercio; reparación de vehículos automotores; transporte; alojamiento y servicios de comida; información y comunicaciones; actividades financieras y de seguros; actividades inmobiliarias; actividades profesionales, científicas y técnicas; actividades de servicios administrativos y de apoyo; administración pública; educación; salud; actividades artísticas, de entretenimiento y recreación; actividades de los hogares individuales.

El sector secundario (actividades de industrias manufactureras y construcción) representa el 18% (1.477) y el sector primario (actividades de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca; y explotación de minas y canteras) apenas aporta el 5% (379) al valor agregado de la ciudad.

El panorama económico de Ibagué es preocupante, dependemos del sector servicio, que si bien cierto es importante, pero no es un sector que jalone el empleo de forma contundente, preocupa fuertemente la poca industria (sector secundario) apenas un 18% del valor agregado de la ciudad, sin duda alguna, un factor determinante para lograr crecimiento económico es lograr potencializar la industria y debe ser un tema de análisis en la próxima contienda electoral del 2023, la economía de Ibagué no soporta más improvisación de sus gobernantes.

Por otro lado, es importante resaltar que el ingreso promedio de un ibaguereño pasó de 1.350.000 pesos a 1.260.000 pesos, a lo que se debe agregar que la inflación en la ciudad en los últimos 12 meses es de 11,21% frente el 10,84% (inflación nacional), esto implica que la capacidad de consumo de la ciudad se deterioró, ocasionando que el ingreso disponible de los hogares no logre comprar una cesta de bienes mínimos.

Finalmente, la cifra del tejido empresarial de Ibagué evidencia que el 96% de los establecimientos comerciales en Ibagué son pequeños, en conclusión, Ibagué es una ciudad que está perdiendo poder adquisitivo, que su principal fuente de empleo es el terciario (focalizado últimamente en bares y restaurantes), se hace necesario la atracción de inversión y para ello es importante organizar la ciudad y brindar garantías a la iniciativa privada, de lo contrario seguiremos siendo una economía que distribuye pobreza pero no genera riqueza.