Opinión
TRAGEDIA FAMILIAR

Por: Arbey Aragón
“En este país quien no tiene untado el bolsillo tiene untada la nariz”, fueron las palabras de Jaime Garzón en una entrevista para el canal 1 en el año 1997, una aseveración tal vez irrespetuosa para la fecha, muy arriesgada y atrevida. Jaime se refería a esa “clase de bien” apropiadamente denominada narcotraficantes pero que se hacían llamar empresarios, industriales etc…
Clase que venía creciendo y escalando de manera sistemática y acelerada posiciones a tal punto que las grandes esferas del poder y de la sociedad termino por aceptar, callar, y consentir. Este escalonamiento del narcotráfico en todos los sectores del país llegó tan lejos hasta corromper todas las instancias del Estado y de la sociedad que hoy en día son muy acertadas las palabras de Garzón pronunciadas hace 24 años.
Es común que campañas políticas en todas las corporaciones sea financiadas por dineros producto del narcotráfico, solo basta girar la cabeza y ahí muy cerca se encuentran los casos, ya no son situaciones exclusivas de algunas regiones del país, es común hoy en día que funcionarios y sus familiares estén vinculados con esta actividad ilícita, aeronaves con cargamentos de droga cuyo lugar de origen son en algunos casos bases de la fuerza pública, y más reciente pero no nuevo la farándula criolla vinculada al narcotráfico, y de la misma manera que la actividad del narcotráfico ha venido siendo aceptada por parte de nuestra sociedad cuando se captura a una de estas personas la frase que se repite para incrustarla en el chip mental de las personas de a pie es “esto es una tragedia familiar”, ha llegado a tal punto la estrategia que pareciera cambiar el tipo penal de “TRÁFICO, FABRICACIÓN O PORTE DE ESTUPEFACIENTES “por el de TRAGEDIA FAMILIAR, a este paso escucharan los estudiantes en su clase de derecho penal al profesor expresando “artículo 376 del código penal, TRAGEDIA FAMILIAR; El que sin permiso de autoridad competente… “.
La reiteración de esta frase de manera metódica busca es mermarle la gravedad a una actividad ilícita como lo es el narcotráfico, pero para esa elite o clase social.
Tragedia familiar NO es que capturen a una persona de esa clase de elite que se dedica a la actividad del narcotráfico, tragedia es el resultado del informe lanzado en 2020 por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en el que concluye que “Los grupos marginados y en situación de vulnerabilidad, jóvenes, mujeres y personas en situación de pobreza pagan el precio por el problema global de las drogas.” , tragedia familiar es que un hijo, un hermano, un padre, un ser humano caiga y se pierda en el mundo de las drogas, ser capturado, juzgado y sentenciado por dedicarse a una actividad ilícita es aplicación de la ley.
Pero parte de nuestra sociedad no consumidora es culpable, porque mientras miran con desdén a un habitante de calle el hijo de alguien caído sin saber los motivos en el mundo de las drogas aceptan en su círculo de amigos a los que la producen, a los que crean esa situación social con la fabricación y/o comercialización, es una doble moral de una parte de la sociedad que con dichosa alegría en tertulias escuchan y se deleitan por las proezas de “coronar” de sus amigos pero que desprecian a quienes han perdido la batalla y solo vagan el las calles sin un mañana, sin un mundo, sin un futuro con el cuerpo andante pero la mente extinguida, parte de esa pequeña sociedad que con el pecho en alto y con discurso vehemente defiende a nuestros amados y correctos policías pero aceptan y callan el actuar de aquellos que se han enriquecido gracias al narcotráfico y que para quienes no tienen memoria y como ejemplo en la época de Pablo Escobar dejo 550 policías asesinados, las familias de esos policías saben que es una tragedia familiar.