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Opinión

Lo del Ruiz, sin alarmismos y sin secretismos

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Por: Germán Sánchez

Dice el adagio popular que seguro mató a confianza. Y creo que es exactamente lo que debemos tener presente los tolimenses y habitantes de los departamentos que podrían verse afectados por una posible erupción del Nevado del Ruiz.

Claro, en gracia de discusión no es la primera vez que se está en alerta naranja por la actividad del ese volcán, ni que la red pública hospitalaria esté en alerta roja o se prohíba el ingreso al parque de los Nevados; pero sí es la primera que lo estamos hiperconectados, donde la inmediatez manda la parada en cuanto a la información cierta o falsa, las emisiones informativas son profusas y diversas. Momento donde el pánico vende, genera likes, seguidores, visibilidad y tráfico en línea, por lo cual es un recurso fácil.

Pero también, donde sabemos que las fuentes oficiales o institucionales llevan sus propios ritmos, intereses y prioridades por aquello de la defensa de la institucionalidad, prioridades políticas y electorales, por lo cual es obvio que el ciudadano del común tenga un tufillo de desconfianza por dicha información. Ojo, hablo de la oficial, no de la científica, porque por supuesto que ante la evidencia de la segunda se debe creer, pero es su filtro por tanta rigidez gubernativa lo que la deforma en ciertos momentos y cuando se produce o comunica ya tiene ese rancio aroma de que faltan pedazos, partes o que es una verdad incompleta o a medias.

Y es lo que me parece se percibe en esta situación de alerta sobre el Nevado del Ruiz. Primero, porque de meses atrás ya se conocían ciertas alteraciones de la actividad, alertas de los vecinos sobre sus cambios en actividad y morfológicos; Segundo, se fueron intensificando algunas otras situaciones, además y tercero, recordemos que se develó que organismos de emergencia, la unidad de gestión del riesgo nacional y regional, así como la Cruz Roja realizaban un estudio  y una intervención especial, encuesta a habitantes, posible rutas de escape y lugares en riesgo en poblaciones cercanas al Ruiz tanto en la parte del Tolima como de Caldas. Es más, en esta misma columna lo mencioné y pedí que se informara públicamente de ello, días después el responsable gubernativo habló de dicha acción e incluso en la Asamblea Departamental se tocó.

Dije en ese entonces que el proyecto se llamaba Vulcano II y en mi columna titulada ¿Qué pasa con el Volcán del Ruiz? del 22 de febrero del 2021, pregunté ante informaciones de buena fuente que conocí y lo copio como escribí aquel entonces: “¿Cómo está el Nevado del Ruiz? En cuanto a cómo está a partir de 1985, lo que mantiene algún grado de alerta es que un domo está en lo que podría llamarse la boca del volcán, ha ido creciendo a un constante ritmo y en especial desde el año 2014 a la fecha. Solo hasta el año 2020 logró hacerse una fotografía aérea exacta de dicha situación geológica luego de superar complejidades logística y técnicas con helicópteros, drones y demás. La foto evidenció lo que se sospechaba, sí hay un domo que crece allí y debajo del cual podría haber magma, es decir, lo que se traduce en un volcán activo y su parte superior deformándose”.

“Situación de la cual, se indica, la Red Sismológica ha dado aviso a gobernadores y alcaldes para que se pongan en sintonía. Todo bajo el amparo de la Ley 1523, entre otras, y a la luz de las estadísticas y datos consolidados a la fecha buscando que mandatarios regionales, municipales y oficinas de gestión del riesgo estén atentas y se involucren más”.

Por eso hoy, a poco más de dos años, vuelvo a preguntar públicamente, hasta dónde llegó ese involucramiento sobre los cambios del volcán, qué tanto alistamiento se logró, cuán preparados estamos hoy para su posible erupción, qué tanta información reservada se tiene sobre el crecimiento acelerado de su actividad sísmica, del magma, ensanchamiento de su boca, sismicidad acelerada y fracturamiento interno de roca. No se trata de especular ni de crear innecesariamente pánico económico y social en plena Semana Santa y luego de años tan difíciles como los de la pandemia, pero tampoco de que nos hagamos los de la vista gorda, los tontos, los creyentes absolutos de boletines oficiales que parecen copy page. Se requiere información pormenorizada, simplemente la verdad de los hechos, no creo que soportemos otra tragedia como la de Armero, en donde lo primero que sepultó la erupción fue la verdad sobre sus advertencias y lo que se conocía del riesgo. Se requiere la verdad verdadera y completa, sin especulaciones ni amarillismos.

Periodista del ámbito político administrativo y regional, con experiencia en diferentes medios de comunicación, director de Enfoque TeVe.