Por: Mauricio Gutiérrez, abogado y columnista chaparraluno

Hoy, 6 de enero, celebramos con orgullo los 439 años de nuestro amado Chaparral, el municipio más grande del Tolima y cuna de grandes historias y esperanzas. Esta tierra, con sus 2.124 km² de extensión y su legado como cuna de presidentes, es mucho más que números o historia: es el lugar que me vio nacer y que inspira sueños de progreso y transformación. En este aniversario, renovamos el compromiso de trabajar por un Chaparral digno, próspero y convertido en la verdadera capital del sur del Tolima.

Uno de los desafíos históricos que debemos superar es el problema del agua. Es inconcebible que en pleno siglo XXI sigamos luchando con un suministro ineficiente. Chaparral necesita un acueducto complementario que garantice agua de calidad y en cantidad suficiente para todos sus habitantes, tanto en la zona urbana como en nuestras veredas. Este es un derecho básico que debe ser una realidad, pues solo con agua permanente y sin interrupciones podemos construir un Chaparral competitivo y lleno de oportunidades. Además, urge un relleno sanitario moderno y sostenible que resuelva de manera definitiva el manejo de los residuos, protegiendo nuestro medio ambiente y mejorando la calidad de vida de nuestra gente.

Chaparral también necesita una transformación en su infraestructura. Mejorar nuestras vías rurales y urbanas es crucial para conectar a las comunidades, facilitar el comercio y atraer inversión. La pavimentación y el mantenimiento constante de las carreteras deben ser una prioridad para asegurar que los productos agrícolas lleguen a los mercados y que los habitantes puedan movilizarse con dignidad y eficiencia. Este progreso en infraestructura es la base para dinamizar la economía y atraer más oportunidades al municipio.

Otro sueño que debemos convertir en realidad es la construcción del hospital San Juan Bautista, un centro médico con una unidad de cuidados intensivos y servicios de calidad que atienda no solo a Chaparral, sino a toda la región sur del Tolima. Este hospital no sería solo una infraestructura, sino un símbolo de progreso y de nuestro compromiso con la salud y el bienestar de nuestra gente. La atención digna y cercana debe ser una prioridad, y construir este centro es un paso esencial para asegurar un futuro más saludable para todos.

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En el ámbito educativo, Chaparral debe convertirse en un referente regional. Nuestros jóvenes merecen oportunidades académicas sin tener que abandonar su tierra natal. Es urgente implementar carreras universitarias competitivas y programas de posgrado que preparen a nuestros profesionales para liderar el desarrollo local. Como cuna de presidentes, debemos honrar nuestra historia formando líderes que lleven a Chaparral al lugar que merece en el mapa nacional. Este aniversario debe ser el punto de partida para dignificar nuestro legado y construir un futuro lleno de conocimiento y oportunidades.

Por último, nuestra riqueza agrícola es un tesoro que debemos potenciar. Con su fértil tierra, Chaparral tiene todo para ser un líder en la producción de café y otros productos que impulsen nuestra economía. Cada vez que vemos la majestuosa montaña de Calarma, que nos saluda al llegar y nos despide al partir, recordamos que nuestra tierra nos pide desarrollo, transformación y nuevas oportunidades. Este aniversario nos invita a comprometernos con ese sueño: hacer de Chaparral un ejemplo de infraestructura, educación y progreso para todo el Tolima.

En sus 439 años, Chaparral nos inspira a soñar en grande y a trabajar unidos para transformar nuestro municipio en el corazón del sur del Tolima. Con agua, salud, educación, agroindustria, infraestructura y un profundo sentido de pertenencia, construiremos el Chaparral que siempre hemos soñado: una tierra de grandes, una capital digna y un legado que honre su historia. ¡Feliz cumpleaños, Chaparral, Tierra de Grandes, de esperanza y futuro!