“Vender Sándwich”: pecado de una periodista

Ha sido tendencia en redes la reacción de los internautas sobre el trabajo alterno de la periodista Karla Villarroel, ella punto aparte de su quehacer periodístico, los fines de semana y ratos libres aprovecha el tiempo para vender sándwiches y empanadas, viendo en esta actividad una oportunidad importante para aumentar sus ingresos económicos en el país hermano de Bolivia.

El punto de quiebre se dio porque algunas amigas de la periodista postearon fotografías y comentarios despectivos sobre el hecho, la reacción que esperaban no se dio y por el contrario una avalancha de comentarios, post, compartidas, entrevistas y vídeos  inundaron las redes para respaldar a la joven periodista.

«Sí tengo la oportunidad de hacer algo extra y de manera honesta lo voy a hacer», expresó la reportera; me recuerda las frases de los abuelos que expresaban: «El trabajo no es deshonra», pero en tiempos complejos (de oportunidades estables) y en el que las redes marcan la agenda de vida de muchas personas, vivir de apariencias se ha vuelto tal vez mucho más importante que emprender e intentar revertir la situación negativa.

La ley del menor esfuerzo se aplaude y quien intenta hacer algo, en varios casos como el mencionado, es producto de señalamientos y exclusión a través del ecosistema digital de las redes sociales, muchos dirán que esto es producto de los gobiernos, pues no, no se puede romantizar la falta de oportunidad, pero el caso puntual es que no podemos esperar a que el maná nos caiga del cielo y mucho menos pretender aparentar la vida perfecta sin esforzarnos un poco. Ojalá que lo viral de este caso nos devuelva al mundo real y nos saque de la ‘matrix’.