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Opinión

Un fiscal para Breiner

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Por Carlos Andrés Jurado Vásquez

El fiscal Barbosa presume por un caso en el que el presunto asesino le hizo la mitad del trabajo. ¿Para cuándo los demás?

Antes de salir frente a las cámaras a presumir el dato inédito que marcaría su gestión como fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, seguro miró una maratón de CSI y Caso Cerrado, su contacto más cercano con un juicio, ya que nunca ha estado en uno, como anotó Enrique Gómez, sobrino de Álvaro Gómez Hurtado.

¿De qué hablaría ante los medios? ¿Algún avance sobre las masacres que consternan Arauca, a las que él pide llamar homicidios colectivos? ¿Alguna captura por los asesinatos casi diarios de líderes sociales? ¿Sobre el homicidio del estudiante universitario Lucas Villa, del líder ambientalista de 14 años Breiner Cucuñame o de la niña Valeria Murillo? ¿Se habría animado a leer los miles de folios del caso Uribe, que sus delegados ni siquiera hojearon? ¿Desengavetaría la Ñeñepolítica? ¿O tan solo querría presumir algún trasplante capilar ante Rodolfo Hernández?

El anunció de Barbosa estaba lejos de eso. La rueda de prensa tenía por objeto celebrar su gran acierto como fiscal general: haber resuelto un caso con celeridad; el del doble homicidio del reconocido estilista Mauricio Leal y su madre. Quizá en la Sergio, su universidad, Barbosa tenía por costumbre hacer fiesta cuando ganaba una asignatura, habiendo perdido todas las demás.

El lamentable caso Leal se convirtió en la cortina de humo de la Fiscalía General para mostrar una eficacia excepcional. A Barbosa, sin embargo, se le olvidó mencionar que, para tal proeza de cumplir con el deber, fueron clave las torpezas del presunto autor del crimen, Yhonier Leal, quien con sus obviedades le hizo la mitad del trabajo al ente investigador.

Las coartadas de Yhonier  para ocultar el crimen contra su madre y hermano se asoman tan absurdas como la del Fiscal Barbosa para encubrir su ineptitud a la hora de resolver los imparables crímenes que sacuden al país: una rueda de prensa y de las vanidades. Tanto Yhonier, como el fiscal, carecen de empatía: el uno hacia sus familiares, y el otro hacia el resto de colombianos.

¿Cuándo será la rueda de prensa para aclarar con igual vehemencia los demás homicidios y prevenir con ello que avance la muerte y miedo que inundan el territorio nacional?  ¿Será que tendremos que esperar a que su fiscal estrella, el histriónico Mario Andrés Burgos, aparezca como el Chapulín colorado, para que resuelva el caso como lo hizo en la audiencia de Leal? ¿Habrá que encontrarle un amigo famoso a los difuntos, o graduarlos en la Sergio, para que sean dignos de su atención?

Entretanto, la impunidad seguirá rampante, en especial para la niñez amenazada (sí, en Colombia amenazan hasta a los niños), la cual permanece en un limbo, pues ni la Dirección Nacional de Protección (DNP), ni el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) asumen la responsabilidad de su protección, como lo denunció el representante a la Cámara Mauricio Toro, quien no pudo encontrar apoyo para otro menor en peligro.

Ni modo. Tanto Barbosa como buena parte de los colombianos seguiremos enfocados en los escabrosos detalles de la muerte de Mauricio Leal y su madre, o en aquellos casos que inspiren un morbo e indignación disfrazado de interés colectivo.  En eso, tanto el Fiscal general, como la sociedad colombiana, somos selectivos.

Periodista del ámbito político administrativo y regional, con experiencia en diferentes medios de comunicación, director de Enfoque TeVe.

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