Opinión
Salud mental de los funcionarios de la fuerza pública, estigmatización social y conductas antisociales
Por: Juan Manuel Sánchez
Apreciados lectores el caso más reciente ocurrido en el país y el cual ha conmocionado a toda la población Colombiana tiene que ver con la muerte a manos de dos uniformados de la Policía Nacional del abogado de 44 años Javier Ordoñez, y apropósito de ello me surgen varias interrogantes.
por ejemplo, ¿cómo está actualmente la Salud mental de quienes deben velar por nuestra seguridad? ¿Por qué cuando ocurre un evento como este estigmatizamos o generalizamos? ¿Por qué se usan como excusa las manifestaciones o protestas para sacar a flote nuestras más primitivas conductas y acciones violentas? de esto hablaremos un poco en la columna que con gran cariño escribo para ustedes.
Es importante comenzar aclarando que la estigmatización social es una condición, atributo, rasgo o comportamiento que hace que la persona portadora sea incluida en una categoría social hacia cuyos miembros se genera una respuesta negativa y se les ve como inaceptables o inferiores, esto precisamente porque fue lo que la comunidad en su mayoría ha realizado contra la Policía Nacional después de que los medios de comunicación y redes sociales hicieran viral un video donde dos uniformados sometieron a un hombre, y casi que con sevicia le infringieron varias descargas eléctricas, lo que indigna a la ciudadanía es el excesivo uso de la fuerza y la falta de empatía de los dos policías que sin necesidad alguna tuvieron esta reprochable conducta, pero este como otros casos de errores en el ejercicio de sus funciones no puede alejarnos de la realidad de que en cualquier profesión existen buenos y malos y no por ello podemos tener la tendencia a generalizar, porque personalmente conozco policías que cumplen sus funciones con amor y respeto, exijamos a la justicia que caiga todo el peso de la ley sobre los responsables, pero sin profesar odio hacia una institución que a pesar de sus múltiples fallas resguarda a cada uno de nosotros de diferentes peligros.
Aclaro que no estoy a favor de la policía, y quizás esté de acuerdo en que si necesite una restructuración, y también analizar mucho más a fondo sus procesos de selección y reclutamiento, la revisión que hacen del perfil psicológico de cada una de las personas que incorporan a sus filas, el seguimiento que deberían realizarle de forma periódica a quienes están expuestos a situaciones traumáticas como parte de su oficio, revisar de forma minuciosa la capacitación y formación que reciben en su preparación para salir a las calles a imponer orden y dar seguridad a los ciudadanos, porque está claro que la forma en la que los oficiales de policía se ensañaron con el fallecido no es una conducta apropiada para quienes deben velar por nuestra seguridad y no atentar contra nuestra integridad, es bastante probable que estos policías tengan alguna tipo de alteración en su salud mental, que aclaro no los exonera de la responsabilidad en sus reprobables acciones.
Ahora bien si las conductas de estos dos policías son definitivamente criminales, es importante evitar la estigmatización y entender que no todo aquel que porte un uniforme verde oliva es un policía corrupto o abusador, como no todo hombre tatuado es un sospechoso o todo venezolano es un ladrón, sobre todo es inaceptable usar la situación para generar caos y sacar a flote conductas antisociales y vandálicas que en nada ayudan a mejorar la situación, se ha vuelto costumbre para algunas personas usar las protestas y manifestaciones para mostrar la peor cara de la humanidad, atentar contra otros, destruir todo a su paso, con la justificación de exigir sus derechos, y apropósito del 9 de septiembre el Día Nacional de los Derechos Humanos, quiero enviarles un mensaje de reflexión a estas personas, y decirles que la violencia no se combate con más violencia, y que la mejor forma de demostrarle a la sociedad que no todos somos iguales es entendiendo que mis derechos terminan donde empiezan los del otro.
Para finalizar al gobierno nacional le sugerimos revisar los procedimientos y formas en que se ejerce autoridad en el país para evitar que más casos como estos sigan pasando, y a la ciudadanía en general los invito a no estigmatizar, a respetarnos y amarnos, a entender que a pesar de las diferencias tenemos mucho en común, y a los que están pendientes de cualquier oportunidad para dejar de ser racionales y convertirse en esclavos de sus primitivos impulsos les sugiero buscar ayuda profesional y puedan canalizar mejor estas situaciones.