Opinión
La vara con la que mides, serás medido

Por: Daniel Ávila
En la política, como en la vida, los principios y la coherencia deben ser la brújula que guía las decisiones. Hoy, como ciudadano comprometido con mi ciudad y como excandidato al Concejo de Ibagué, expreso mi respaldo a la determinación tomada por la alcaldesa Johana Aranda de cortar toda relación política con el exalcalde Andrés Fabián Hurtado. Una decisión que, aunque difícil, es valiente y necesaria.
Andrés Hurtado llegó a la Alcaldía en 2019 gracias al respaldo del grupo político de Óscar Barreto. Sin embargo, no tardó mucho en tomar distancia de su mentor, armar tienda aparte y construir su propio proyecto de poder. En las elecciones del 2023 logró impulsar a su sucesora, la doctora Johana Aranda, quien fue elegida alcaldesa para el periodo 2024 – 2027.
Durante los primeros meses de su mandato, era evidente para muchos que las decisiones no emanaban únicamente del despacho de la alcaldesa, sino que estaban influenciadas por quien fungía como su jefe político. No obstante, tras un año y medio de mandato, y luego de una serie de señalamientos públicos, insultos personales y descalificaciones por parte del exalcalde Hurtado, la doctora Aranda tomó la decisión de ponerle punto final a esa relación.
Esta ruptura no solo es política, es ética. Es un mensaje claro a la ciudadanía: Ibagué no puede seguir gobernada bajo la sombra de intereses personales o mezquinos. La ciudad necesita liderazgo real, decisiones autónomas y una administración que piense primero en los ibaguereños y no en cuotas políticas ni favores heredados.
Le puede interesar: Ni tontas, ni traidoras: las mujeres merecen respeto, siempre
Así como Andrés Hurtado se le volteó a quien lo llevó al poder, hoy vive en carne propia lo que significa que le den la espalda cuando se pretende gobernar desde el ego y no desde el respeto. La vara con la que mides, serás medido.
Es hora de trabajar con seriedad, de mostrar resultados, de hablarle a la gente con hechos y no con discursos vacíos. Ibagué sí tiene esperanza, y es el momento de que se note quién en verdad gobierna, quién asume con carácter y responsabilidad su rol como primera autoridad del municipio.
Desde este espacio, invito a los sectores políticos, a los ciudadanos y a los líderes sociales a acompañar las decisiones que busquen el bien común. Hoy, más que nunca, debemos unirnos para exigir resultados, transparencia y compromiso.
Porque Ibagué no le pertenece a los caudillos ni a los clanes. Ibagué es de su gente: de las madres cabeza de hogar, de los jóvenes que sueñan con un mejor futuro, de los adultos mayores que merecen dignidad, de quienes madrugan a trabajar y creen que sí es posible una ciudad distinta. Hoy más que nunca, gobernar con carácter no es un acto de rebeldía, sino de lealtad con el pueblo. Y eso merece nuestro respaldo, nuestra veeduría y, sobre todo, nuestra esperanza activa.