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El cambio climático, un reto silencioso para la salud mental de los trabajadores colombianos

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Fenómenos como la ecoansiedad y el estrés postraumático, derivados de desastres naturales y la pérdida de medios de subsistencia, están afectando a miles de trabajadores, especialmente en zonas rurales y urbanas marginales.

El cambio climático no solo es un desafío ambiental, sino también un problema de salud pública que afecta el bienestar físico y mental de millones de trabajadores, especialmente en países con alta vulnerabilidad como Colombia. Esta realidad quedó en evidencia en la investigación “Efectos del cambio climático en el bienestar de los trabajadores”.

El estudio, desarrollado por un equipo interdisciplinario del Politécnico Grancolombiano, el SENA, la Pontificia Universidad Javeriana, el Centro de Cultura, Trabajo y Cuidado del Inalde Business School, y encabezado por Erik Fabian Rico, investigador principal y líder del Centro de Pensamiento en Talento Humano y Organizaciones Saludables, no solo expone los riesgos para los colaboradores, sino también la falta de preparación de las organizaciones para abordar un fenómeno que ya está dejando graves consecuencias y la necesidad establecer normativas y regulaciones estatales.

Efectos en la salud física y mental: más allá de las cifras

En un país donde más de la mitad del territorio presenta condiciones climáticas extremas, la relación entre cambio climático y salud laboral es innegable. Según el estudio, sectores como el agrícola y el de la construcción son los más afectados, ya que los trabajadores están expuestos a jornadas bajo altas temperaturas, lluvias torrenciales y riesgos constantes por desastres naturales. A nivel global, se prevé que para 2030 el aumento de 1,5 °C en la temperatura reducirá un 2% de las horas laborales debido al estrés térmico, una cifra que podría ser aún mayor en Colombia.

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La investigación destaca que el cambio climático no solo incrementa enfermedades como las diarreas, leishmaniasis y problemas respiratorios derivados de la calidad del aire, sino que también ha disparado la aparición de trastornos mentales. Fenómenos como la ecoansiedad, solastalgia y el estrés postraumático, derivados de desastres naturales y la pérdida de medios de subsistencia, están afectando a miles de trabajadores, especialmente en zonas rurales y urbanas marginales.

El investigador Erik Rico señala que el impacto psicológico del cambio climático se manifiesta en síntomas como irritabilidad, insomnio y episodios depresivos. “Los trabajadores enfrentan un futuro incierto, donde la preocupación por el clima se suma a las tensiones económicas y sociales. Esto genera un círculo vicioso que deteriora tanto la productividad, como la salud mental”.

Adicionalmente, el estudio resalta un aspecto crítico: la falta de normativas que protejan a los trabajadores frente a estos riesgos. Aunque Colombia ha adoptado compromisos internacionales como el Acuerdo de París, las acciones concretas en el ámbito laboral son prácticamente inexistentes. Esta brecha deja a los empleados y a las organizaciones sin herramientas para prevenir o mitigar los efectos del cambio climático en su entorno.

El rol de las empresas y las políticas públicas

Ante este panorama, la investigación subraya la urgencia de que las empresas y el gobierno trabajen de manera conjunta para implementar medidas de adaptación. Algunas de las recomendaciones son:

Capacitación y sensibilización ambiental: Programas de formación que eduquen a los empleados sobre el cambio climático y su impacto en la salud.

Mejoras en las condiciones laborales: Proveer áreas de descanso adecuadas, acceso a hidratación y horarios flexibles para minimizar la exposición al calor extremo.

Políticas de salud mental en el trabajo: Integrar servicios psicológicos y campañas de…