Rodolfo Granahorrar

Por Carlos Andrés Jurado. Twitter: @SoyJurado 

La desaparición de la hija de Rodolfo Hernández está rodeada de inconsistencias y, sobre todo, de mucha austeridad. 

«Si hubiera tenido el dinero suficiente, lo que pedían (por su hija), ¿lo hubiera pagado?»,  pregunta el periodista César Augusto Londoño a Rodolfo Hernández, durante una entrevista de Caracol radio, en 2016. «Lo tengo, y no lo pagué» responde Rodolfo, sin inmutarse.

Sobre el secuestro de Juliana Hernández, la hija adoptiva de Rodolfo, hay varias dudas e inconsistencias. Hasta 2016, poco antes del acuerdo de paz, Rodolfo decía que ella estaba en poder de las Farc. Sin embargo, ese grupo le aseguró a Humberto de la Calle que no era cierto. Luego, Rodolfo dijo que no eran las Farc, sino el ELN, grupo que también negó el secuestro. Asimismo, en 2016 Rodolfo dijo que le habían pedido 2 millones de dólares por el rescate. En otra entrevista, Mauricio, uno de sus hijos, dio otra cifra: 5 millones de dólares.

Una versión sin confirmar, difundida por el medio La Verdad Nada Más que la Verdad, asegura que la hija de Rodolfo no habría sido secuestrada, sino enviada a un centro de rehabilitación para adicciones en Venezuela, por parte del mismo Rodolfo, luego de lo cual ella habría viajado a Nueva York, donde se le perdió el rastro. Actualmente Juliana Hernández no está reportada como desaparecida en la base de datos de Medicina Legal y su cédula sigue activa, conforme a revelaciones de Cambio y el abogado Elmer Montaña.

Aunado a esto, llama la atención el cambio de opinión repentino del Ingeniero. Antes de la campaña presidencial, Hernández cuestionaba seriamente el proceso de paz con las Farc y afirmaba haber votado «no» en el plebiscito. Ahora, ya en calidad de presidenciable, se contradice al decir que votó «sí» a la paz y defendiendo dicho acuerdo, bajo la promesa de hacer uno igual con el ELN.

Al margen de inconsistencias y especulaciones, lo cierto es la frialdad del hoy candidato presidencial, cuando en varias entrevistas afirma no haber querido pagar el rescate, aunque tenía plata; y mucha. Eran 2 o 5 millones de dólares, de una fortuna de 100 millones. Agrega que esta decisión le garantizó que nunca más secuestraran a un miembro de su familia.

En consecuencia, coherente con su discurso de austeridad y a cambio de la vida de su hija, Rodolfo Hernández morirá con 5 millones de dólares más en el bolsillo, los cuales —como los sobrecitos de azúcar en Casa de Nariño— jamás gastará.

Diccionario de colombianadas: 

Irónico: colombiano o colombiana quien castigará a los corruptos votando por un candidato presidencial imputado… por corrupción.