Connect with us

Opinión

Pensiones con Petro

Foto del avatar

Published

on

Por Carlos Andrés Jurado V. – Twitter: @SoyJurado

Fortalecer Colpensiones resuelve el déficit que han dejado los fondos privados y libera recursos suficientes para financiar la educación pública gratuita.

En Colombia solo uno de cada cuatro logra pensionarse. Quienes lo han hecho mediante fondos privados se ven ante la dura realidad que nadie les advirtió cuando se afiliaron: aunque hayan cotizado por 2, 3, 4 o más millones de pesos mensuales, su mesada no supera el salario mínimo. Si estuvieran en Colpensiones, en cambio, recibirían entre un 70% y 84% del promedio de ingresos mensuales sobre lo cotizado en la última década, o en toda la vida laboral (lo que sea más favorable para el afiliado).

Así, por ejemplo, si usted ha cotizado sobre 2 millones de pesos mensuales, su pensión en Colpensiones sería de entre $1.400.000 y $1.680.000 (según el número de semanas cotizadas). Un fondo privado, en cambio, le pagaría apenas un millón de pesos al mes, aun habiendo cotizado sobre un ingreso de 4 millones. ¿Por qué la diferencia? Porque Colpensiones y los fondos privados tienen sistemas distintos. El primero gestiona la pensión bajo el concepto de un derecho adquirido; el segundo, bajo las lógicas del mercado bursátil.

Por un lado, Colpensiones es un sistema solidario; una bolsa común a la que todos los afiliados aportamos para sostener las pensiones de hoy. Asimismo, mañana, nuestras pensiones serán sostenidas por los cotizantes de entonces, en un relevo generacional basado en un principio de bien común, en el que todos trabajamos para todos.

Por otra parte, los fondos privados no son solidarios. Son solo una cuenta de ahorro individual, donde cada uno deposita lo que puede. Al cumplir la edad exigida, al ahorrador le devuelven lo ahorrado en módicas cuotas disfrazadas de pensión. Como los aportes de la mayoría de colombianos suelen ser bajos, el fondo casi nunca les devolverá más de un salario mínimo mensual. No da para más.

A las administradoras de los fondos privados de pensiones (AFP), por el contrario, les va mucho mejor que a sus afiliados. Trabajando con plata ajena, ganan con cara o sello, a cero riesgo: si el fondo hace una inversión equivocada, quienes pierden son los ahorradores; pero si acierta, la AFP (Porvenir, Colfondos, Protección, Skandia/OLD Mutual) aumentan sus utilidades vía comisión.  Cuando el ahorrador vive más de la cuenta y se le acaba el ahorro individual, el fondo privado no responde; le deja el problema en primera instancia a los mismos afiliados, a través de un fondo de solidaridad que tienen para ello, y en segunda instancia al Estado, que cubre lo faltante.

No contentas con los 3 billones de pesos mensuales que ganan por comisiones, las AFP usan los fondos de pensiones para prestarles (prestarse) a sus propias empresas; un grave y peligroso conflicto de intereses, ya que su misión es velar por sus afiliados y no por las compañías en las que invierten. Justo por ello ese tipo de autopréstamos estaba  prohibido por Ley, hasta que el Gobierno Santos decidió permitirlo, según lo revelado por el medio Cuestión Pública.

No hay nada como apostar a ganar con recursos ajenos, sin asumir ninguna responsabilidad. Como diría Rodolfo Hernández, «una delicia». De ahí el terror que sienten los fondos privados ante la idea de que Petro fortalezca Colpensiones, pues se les acaba el negocio y los millones de marranos que tienen por afiliados (lo siento si se da por aludido). Por ello infunden pánico entre la ciudadanía, por medios como Portafolio, City TV y El Tiempo, cuyo propietario, Sarmiento Angulo, es también el dueño de Porvenir, un fondo privado de pensiones.

Contrario a lo que  esa prensa califica como “expropiación pensional”, la propuesta de Petro no crea ningún déficit fiscal, sino al contrario: resuelve el existente, al lograr que todos coticemos a esa bolsa común llamada Colpensiones, hasta por 4 millones mensuales. De allí para arriba, el afiliado decide si cotiza el resto en Colpensiones o en un fondo privado.

Es cierto que Colpensiones tiene muchos retos, pero sí puede ser sostenible. Para ello debe haber suficientes cotizantes que paguen las pensiones, lo que no ocurre porque muchos están hoy en fondos privados o en la inestabilidad e informalidad laboral que les impide cotizar (lo cual deja a tres de cada cuatro colombianos sin pensión). También hace falta recuperar los 50 billones de pesos que cada año se roban los corruptos y una reforma tributaria que ponga en cintura a los más ricos, de tal modo que paguen los 40 billones de pesos que se ahorran en impuestos, por injustas exenciones. Con todo esto, Colpensiones tendrá más recursos para responder por sus pensionados, al tiempo que estos recibirán mesadas más acordes a sus ingresos promedio. Lo justo.

A su vez, el Estado tendría disponibles al menos 18 billones de pesos al año para la inversión social propuesta por Petro. Para hacerse una idea, con solo 14 de esos 18 billones se podría garantizar que todo bachiller colombiano vaya a la universidad pública con matrícula cero, o pagar una renta básica de $500.000 mensuales para 3 millones de adultos mayores que están en la pobreza, ambas opciones anunciadas por el Candidato del Pacto Histórico.  Como dice Jerry Rivera en el bafle de algún supermercado: «¿qué hay de malo?».

Continue Reading
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *