Los jóvenes sí somos capaces

Por: Hosman Osorio Bonilla

Hace algunos días, en un evento al que fui invitado para participar como jurado de un concurso, tuve que escuchar la frase: “estás muy joven para coordinar un programa académico”. Sin duda alguna, percibir en esas palabras la sensación de asombro y desazón, me llevó a cuestionar el papel que la juventud está desarrollando en el ámbito profesional de nuestro país.

Empezaremos hablando de cifras, un 21,6% fue la tasa de desempleo juvenil que presentó Colombia durante el 2021; según el DANE, lo que ha ubicado al territorio nacional en el puesto 46 dentro de la lista de los países con mayor tasa de desempleo juvenil. Esto me hace preguntar: ¿no confían en nuestras habilidades?

Lo anterior, hace que en mi pensamiento, vislumbren dos panoramas a través de los cuales quisiera analizar de manera personal la razón por la cual tuve que atender esa frase que me incomodó, como en muchas otras ocasiones en las que he tenido que soportar ‘chistecitos’ por ser joven y liderar diferentes procesos académicos, artísticos y culturales.

Por un lado, encontramos personas que manifiestan sorpresa y admiración al descubrir jóvenes capacitados, que ejercen con pericia y destreza sus labores, y destacan el rol que mujeres y hombres entre los 18 y 28 años venimos desarrollando en nuestra vida profesional. Y no es en vano ese reconocimiento; ya que no es difícil encontrar excelencia en el trabajo de un joven que combina ideas frescas, formación académica y la experiencia que a través de su vida ha adquirido, sin desconocer que también existen profesionales longevos que han sido parte de ese proceso de crecimiento en la experticia del conocimiento en la juventud.

En la otra orilla, encontramos el desconcierto y la confusión de llamar experto a una persona que, con tan solo 28 años de vida, ha logrado pisar múltiples escenarios a nivel nacional e internacional, realizar procesos de investigación para el fortalecimiento de su sector, finalizar con mérito su carrera universitaria, contar con posgrados en nivel de especialización, maestría y tener experiencia en varios campos del conocimiento; ¡Sí es posible, señores! esto es tan solo el resultado del esfuerzo, la dedicación y el empeño que día a día, nosotros los jóvenes, le ponemos a nuestro quehacer, con el ánimo de transformar nuestro entorno, construir tejido social y sanar las deudas históricas que quienes no son jóvenes y nunca han pensado en los jóvenes, tienen con nosotros.

¡Sí somos capaces! Este es nuestro momento, el de los otros, el de la juventud. En este instante, nos estamos preparando para ejercer liderazgo en nuestras comunidades y demostrar que la fuerza del actuar y el hacer, son las características principales de quienes queremos un mejor futuro para todos.