Opinión
El senador

Por: Adriana Avilés Alvarado – Columnista y analista política
Hablar de política en el Tolima es hablar de Óscar Barreto. Con décadas de trayectoria, el actual senador ha construido una estructura que trasciende elecciones y coyunturas, basada en una estrategia sólida y en su capacidad de leer el panorama político con precisión. No es casualidad que su nombre sea referente obligado cuando se habla de poder en la región.
Desde sus inicios, Barreto entendió que la clave del éxito político no solo radica en ganar elecciones, sino en formar liderazgos y consolidar un equipo capaz de mantenerse en el tiempo. Bajo su liderazgo, muchas figuras han crecido, y algunos han llegado a ocupar cargos de gran relevancia. Gobernador, senador, líder de opinión: su recorrido no ha sido improvisado ni fruto del azar.
Su habilidad para la estrategia y el manejo del poder lo ha convertido en un personaje clave en el desarrollo del Tolima. Su gestión ha impulsado obras, fortalecido estructuras y permitido que nuevos liderazgos surjan, demostrando que la política, bien jugada, es un ejercicio de construcción.
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Pero como en toda historia política, siempre hay quienes muerden la mano que les dio de comer. Algunos de los que crecieron bajo su protección hoy intentan desconocer su legado, olvidando que, sin Barreto, su camino habría sido mucho más difícil, si no imposible. La ingratitud es un mal común en política, pero la historia no borra fácilmente a quienes han dejado huella.
Óscar Barreto es, para bien o para mal, el gran arquitecto de la política tolimense. Y aunque algunos intenten desconocerlo, lo cierto es que, en este tablero, él sigue siendo el jugador más importante.
“Al final, queda claro que si en el Tolima hay ‘pollitos’ en política, es porque Óscar Barreto no solo les dio alas, sino que también les enseñó a volar… pero por mucho que cacareen, nunca dejarán de ser cría del corral”.