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Ibagué

Denuncian a presunto acosador de menores en el barrio Belalcázar de Ibagué

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Hace algunos días la comunidad detuvo a un sujeto de 77 años, quien desde hace algunas semanas estaría ‘asechando’ una residencia donde viven seis menores de edad. Sin embargo, las autoridades lo dejaron en libertad.

En un acto de valentía y solidaridad, la comunidad del barrio Belalcázar capturó a un sujeto identificado como Álvaro Duran Florián, de 77 años señalado de acosar a varias niñas en la zona. La acción fue el resultado de un seguimiento por parte de los vecinos quienes notaron que el sujeto merodeaba el lugar y al parecer grababa a las menores a través de las ventanas de sus hogares.

La abuela de las niñas afectadas compartió su angustia en declaraciones a Enfoque TeVe: “Desde hace seis meses los vecinos me alertaron sobre la presencia de este hombre. Al principio no le di importancia, pero tras escuchar repetidamente sobre su comportamiento extraño, comenzamos a preocuparnos. Todos pensaban que era familia mía, porque se acercaba mucho a nuestras casas”, declaró. Cabe resaltar que en su hogar viven 3 niñas.

Con el miedo palpable la comunidad decidió organizarse. Los vecinos comenzaron a hacer turnos nocturnos para vigilar la zona, especialmente durante las horas en que el presunto acosador aparecía. “Las niñas llegaron a sentir tanto temor que empezamos a cerrar ventanas y cortinas. Sabíamos que debíamos hacer algo”, explicó la denunciante.

El pasado fin de semana, la situación alcanzó un punto crítico. Mientras los padres no estaban en casa, una vecina observó al sujeto acercándose nuevamente a las ventanas. Al darse cuenta de que era la oportunidad, alertó a los demás. “Salimos corriendo, y con la ayuda de un vecino en moto, logramos interceptarlo. Necesitábamos saber qué estaba haciendo y proteger a nuestros niños”, relató la mujer.

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Una vez capturado, el sujeto se salvó de ser linchado por la comunidad; sin embargo, fue despojado de algunas de sus prendas de vestir y amarrado a uno de los postes del sector, momentos después fue llevado a la Policía, donde se registró la denuncia.

Sin embargo, la frustración de la abuela y de la comunidad no terminó ahí. Al día siguiente, ella se dirigió a la Fiscalía para presentar una denuncia formal, solo para encontrarse con que no podían proceder debido a la falta de pruebas concretas de tocamientos. “¿Dónde está la justicia? ¿Qué podemos hacer ante un caso como este?”, cuestionó angustiada.

Este caso no solo ha expuesto un problema de acoso en la comunidad, sino que también ha reflejado la necesidad de un sistema judicial más sensible y ágil en la protección de menores. La acudiente de las niñas subrayó la importancia de que las autoridades consideren el contexto del acoso, incluso si no se producen tocamientos directos. “Las niñas no solo sufrieron miedo, también hubo una invasión a su privacidad y seguridad”, enfatizó.

A través de la acción colectiva y la vigilancia, los vecinos lograron poner fin a las incursiones del sujeto, quien, según información extraoficial conocida por esta redacción, ya contaba con antecedentes en el Valle del Cauca por comportamientos similares.

Finalmente, la denunciante señaló: «Tengo entendido que cuando fue al CAI, llegó el hijo del señor, todo ofuscado, que quien le pegó al papá, que qué fue lo que pasó, el hijo no tenía ni idea del comportamiento del papá. Y el hijo tiene una niña. Entonces el tipo alegaba en el CAI, «no me diga eso, señor agente, mire que yo tengo una niña pequeña, mi papá es el que se queda con ella, el que la cuida», entonces se puede imaginar lo grave del asunto».

Se espera que las autoridades tomen medidas adecuadas para investigar a fondo el caso y brindar la protección necesaria a las víctimas.

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