Opinión
¡A cada problema le hemos puesto una solución!
La diatriba electoral del momento opera sobre la idea de que Ibagué se fundó hace tres años, porque niega las dificultades que se han acumulado en 475 años de historia y señala una especie de responsabilidad total y absoluta hacia nuestra Administración.
Por: Andrés Hurtado
Los ‘jueces de la moral pública’ se autoproclaman mesías de la ciudad cada cuatro años. Pese a ya haber ocupado cargos de poder y no llevar a feliz término necesidades que tenemos desde hace décadas, tratan de capitalizar la molestia del ciudadano y ocultar su “yo no hice” por un supuesto “ellos no hacen”.
Esta ha sido la tendencia desde el día uno; estamos acostumbrados y no nos desgastaremos en ello. Al improperio le respondemos con trabajo, a la calumnia con obras y al señalamiento con amor por Ibagué.
Es por ello que, pese a la beligerancia, en muchas ocasiones infundada, nos dedicamos a sacar el palo de la rueda y hacer que la ciudad recobre la senda del progreso, para que vea, después de décadas, avances en sus deudas históricas y proyectos inconclusos.
Por ejemplo, las vías de Ibagué se construyeron hace 50 años y su último mantenimiento data de los años 90, en ese contexto, la dejadez histórica, sumada a un considerable crecimiento del parque automotor (De 70.000 vehículos a 350.000), hizo que la infraestructura vial de la ciudad colapsara.
Teniendo presente el problema y lo que puede representar a futuro, planteamos la intervención de la avenida Mirolindo, la carrera Quinta y la avenida Ambalá, además de avanzar en la modernización de las redes de acueducto y alcantarillado, obras que le cuestan al municipio cerca de $3 billones. ¿Acaso esto último lo mencionan?
En todo este proceso, a través de recursos propios y otros gestionados, hemos invertido más de $200.000 millones en la recuperación de nuestra infraestructura vial. Por ende, de nuestra transitabilidad. Es evidente que no podremos resolver el 100% del problema, y la Administración que viene tampoco. Las circunstancias históricas nos imponen límites, pero ello no elimina nuestra obligación de trabajar y nuestro deseo de servir, así lo hicimos y las obras lo evidencian.
Por otro lado, gracias a nuestro trabajo el Parque Deportivo tiene otra cara, construimos tres escenarios deportivos y vamos a ‘1000 x Obra’ para entregar el resto en el transcurso del presente año. En materia de aquellos 26 colegios que le prometieron a los ibaguereños en el año 2016 y que terminaron en nada, perjudicando el proceso educativo de dos generaciones, hemos conseguido los recursos y logrado construir 11, además de otros dos que serán entregados muy pronto.
Ahora, si de saldar deudas históricas se trata, es importante traer a colación cinco ejemplos:
Hace más de 10 años no se construía un hospital de primer nivel en Ibagué, sin embargo, con trabajo duro, el pasado jueves pusimos en funcionamiento el servicio de consulta externa en la USI de Picaleña, Unidad de Salud que entregamos para el beneficio de 70.000 ciudadanos.
Por otro lado, la construcción de la calle 103 era algo que los habitantes de las comunas 6, 7, 8 y 9 esperaban desde hace 25 años. Construimos este corredor, intervenimos la zona y mejoramos la vida de toda una comunidad, cualquiera que transite de la Avenida Ambalá a la carrera Quinta es testigo de ello.
En cuarto lugar, entregamos el Museo Panóptico de Ibagué, un referente de la arquitectura penitenciaria, construido en 1.905 y declarado ‘Monumento Nacional’. Este otrora centro carcelario se convirtió en elefante blanco y tragó por décadas importantes cantidades de recursos públicos, incluso, antes de nuestra llegada, fue entregado a los ciudadanos, pero, como sucedió con otros proyectos de infraestructura, las obras estaban inconclusas y desfinanciadas. Debimos gestionar $6.000 millones para poder poner en funcionamiento este bien cultural.
Por último, conseguimos recursos y adelantamos obras en las piscinas de la calle 42. Esto, a pesar de que los cimientos recibidos no cumplieron con los parámetros de resistencias y que básicamente la obra fue siniestrada, por segunda ocasión, en la Administración anterior.
Actualmente iniciamos con lo programado en el Conpes del SETP, proyecto que fue recibido con incertidumbre sobre su piso jurídico, pero que paulatinamente, gracias a nuestra administración, se fue destrabando y financiando.
Nos acostumbramos a recibir el odio de algunos, pero ellos, y estoy seguro de esto, se acostumbrarán, tarde que temprano a nuestra entrega, a nuestras obras y a nuestro amor por Ibagué. La ciudad habla por sí misma y la gente no es tonta, la Capital Musical camina con determinación y su progreso es imparable.
Espero que algún día el sentido de pertenencia conquiste el corazón de quienes desean el fracaso de la ciudad, las recomendaciones y la crítica constructiva siempre serán bienvenidas, pero el odio y las malas intenciones no tendrán atención alguna, pues estaremos ocupados trabajando, para hacer de Ibagué una ciudad que evolucione.