domingo, 28 de septiembre de 2025 01:09

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Política

¿Óscar Barreto no puede ocultar con las fotografías de unidad la fractura del ‘barretismo’ con la gobernadora Matiz?

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La Asamblea del Tolima aprobó con aplastante mayoría invitación a debate de control político especial a la directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, lo que confirmaría la ruptura entre alfiles de esa organización con la mandataria seccional.

La invitación a debate de control político especial por parte de la Asamblea del Tolima gracias a la aplastante votación de los diputados a la directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, ha desatado una nueva ola de interpretaciones sobre las supuestas fracturas internas al interior del ‘barretismo’. Lejos de ser un hecho aislado, esta decisión parece confirmar un distanciamiento real entre la gobernadora Adriana Magali Matiz y el núcleo más fuerte de la estructura política liderada por el senador Óscar Barreto.

Aunque Barreto ha insistido en negar cualquier tipo de división en su colectividad incluso difundiendo fotografías donde aparecen juntos varios de sus alfiles, incluida la propia Matiz, los hechos políticos recientes al parecer contradicen ese discurso de unidad.

Uno de los acontecimientos más evidentes fue la ausencia de Olga Lucía Alfonso en el evento de lanzamiento de la feria Internacional de café, Tolima Corazón Cafetero de Colombia a desarrollarse en el municipio del Líbano, celebrado el pasado 28 de julio en el centro de convenciones Alfonso López Pumarejo del Palacio del Mango.

Su no presencia, en un espacio donde confluyeron figuras clave del ‘barretismo’, encendió las alertas sobre la tensión entre ella y la mandataria seccional.

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La situación se agrava con la citación de Alfonso a la Asamblea para rendir cuentas sobre temas administrativos de Cortolima. Aunque en apariencia se trata de un ejercicio rutinario, en los círculos políticos se interpreta como una señal clara de que la Gobernación estaría marcando distancia con algunas decisiones tomadas en esa corporación ambiental, sobre todo frente a un supuesto contrato por cerca de 11 mil millones de pesos para procesos de capacitación, adelantado según se afirma sin el conocimiento directo de la gobernadora y las decisiones que se habrían tomado con el programa ambiental presentado por el Gobierno Departamental denominado Fuente Azul y que al parecer ha venido ejecutando la corporación ambiental sin previo aviso a la administración seccional.

Por otra parte, y de acuerdo con fuentes consultadas, la tensión se extiende más allá de Alfonso. Durante el evento cafetero, pese a los elogios públicos que Matiz dedicó al exgobernador Ricardo Orozco por su gestión en el sector agropecuario, en el saludo protocolario al comienzo del acto Matiz habría optado por ignorar al exmandatario, mientras que sí saludó efusivamente a Óscar Barreto, Gildardo Monroy y otros asistentes. Un gesto elocuente que refuerza la tesis de la fractura.

Finalmente, tampoco Edwin Castro, considerado el jefe político de varios de los citados, parece tener hoy una relación fluida con Matiz. Según fuentes, aunque entre ambos persisten los gestos de respeto institucional, la cercanía política que alguna vez existió está prácticamente disuelta.

En medio de estos reacomodos y silencios calculados, el barretismo enfrenta una nueva etapa: la del distanciamiento interno que, por más que se intente maquillar con fotografías, ya es evidente ante la opinión pública.