Opinión
¿Hacia dónde va el gobierno de Petro?

Por: Beatriz Valencia
Alcaldesa de Líbano Tolima
A poco más de dos años de haber asumido la presidencia, Gustavo Petro enfrenta uno de los momentos más críticos de su gobierno. La reciente crisis de gabinete, la situación fiscal preocupante, el deterioro de la seguridad y los tropiezos en política exterior han erosionado la confianza de muchos sectores en su gestión. Aquel discurso de cambio con el que llegó al poder parece desdibujarse ante la realidad de una administración fragmentada y un país en tensión.
La imagen del presidente exigiendo la renuncia de su gabinete en una transmisión en vivo es quizás el reflejo más claro de la falta de cohesión dentro de su gobierno. La salida de ministros clave, como Juan Fernando Cristo y Susana Muhamad, es síntoma de profundas diferencias internas. Petro, quien llegó con la promesa de transformar el Estado, hoy enfrenta dificultades incluso para mantener unido a su propio equipo.
A esto se suma la crisis económica. El déficit fiscal supera el 6% del PIB y podría seguir creciendo. La falta de control del gasto público y una baja ejecución presupuestaria han puesto en jaque las finanzas del país. ¿Dónde quedó la reforma tributaria que prometía recursos para la inversión social? Mientras el gobierno se enfoca en discursos ideológicos, los números cuentan otra historia.
En seguridad, el panorama es igual de desalentador. A pesar de los esfuerzos por negociar con grupos armados, la violencia sigue en aumento. En regiones como Catatumbo, la población está atrapada entre el fuego cruzado de actores ilegales. Petro apostó por la “paz total”, pero los resultados han sido, en el mejor de los casos, ambiguos. La expansión del control territorial de grupos armados demuestra que la estrategia está lejos de consolidarse.
En política exterior, el reciente choque con Estados Unidos por los vuelos de deportación de migrantes dejó ver la fragilidad de las relaciones internacionales del gobierno. El presidente Trump amenazó con imponer aranceles a productos colombianos, y aunque se alcanzó un acuerdo, el episodio dejó en evidencia una gestión diplomática errática.
Le puede interesar:La sombra de la manipulación en Fenalco
Frente a este panorama, la oposición no ha dudado en señalar los fracasos del gobierno en distintos frentes. Pero más allá de las críticas, la pregunta clave es: ¿qué rumbo tomará Petro en los meses que le quedan? La gobernabilidad pende de un hilo y, si el presidente no logra reconfigurar su estrategia, podría enfrentar un cierre de mandato marcado por la crisis y la desilusión.
La promesa de cambio sigue siendo una apuesta que vera verse reflejada en las regiones, en donde se requiere de inversiones significativas que logre mejorar la calidad de vida de las comunidades.
Hoy, los municipios requerimos de un gobierno mas conectado con las realidades que se viven en el territorio, y esta será la forma de demostrar que el cambio si es posible.
Loa alcaldes, gestionamos recursos en las entidades departamental y nacional con el objetivo de invertir en desarrollo, sin embargo, en muchas ocasiones los esfuerzos son en vano, porque las inversiones que se requiere son altas frente a un presupuesto limitado como el que se maneja en las alcaldías.
Desde mi posición como alcaldesa, evidencio como en muchas regiones del país, se enfrenta desafíos crecientes debido al avance de grupos armados, la falta de inversión en infraestructura y el impacto de la crisis fiscal en los programas sociales. Nuestros campesinos necesitan garantías para producir, nuestros jóvenes oportunidades para estudiar y trabajar, y nuestras familias la tranquilidad de vivir en un territorio en paz.
Es fundamental que el Gobierno Nacional atienda de manera urgente las necesidades de los municipios intermedios como el nuestro. Requerimos apoyo para fortalecer la seguridad, inversión en vías terciarias y más recursos para la educación y la salud.
“Una Colombia para todos se construye con diálogo real, decisiones acertadas y un gobierno que priorice a la gente por encima de la política electorera”.