Retos culturales para Ibagué

Por: Hosman Osorio Bonilla

En columnas anteriores he hablado sobre la importancia de fortalecer el ecosistema de formación musical de Ibagué, favoreciendo la interacción entre las instituciones que hacen parte de la oferta educativa que tenemos como ciudad y los actores que se encuentran involucrados dentro de sus comunidades académicas.

Es así, como realmente se podría empezar a hablar de uno de los retos más importantes que la Capital Musical debe entender y materializar para el robustecimiento de la cadena de valor de la música en sus primeros eslabones y la integración de todos los engranajes posibles para la existencia de un sistema en el que la formación sustente la vocación musical de la ciudad.

Por esta razón, el ‘Sistema de Formación Artística y Cultural’ de Ibagué, necesita replantearse para articular los actores que hacen parte de esa oferta formativa que en ámbitos propiamente musicales tenemos ya reconocidos y demuestra éxito en su trasegar, contemplando todos los niveles educativos desde la primaria hasta los estudios posgraduales y que poco o nada tienen que envidiar a otros programas de formación a nivel nacional.

Desde mi punto de vista como pedagogo e interprete musical, estamos siendo competitivos con instituciones de formación superior y educación básica, media, técnica y tecnológica del país y esto se pude evidenciar en la acogida que nuestra oferta de formación musical está teniendo y toma un alcance nacional. Lo anterior puede ser constatado en los altos índices de ingreso a programas de formación musical, de personas provenientes de toda la geografía de nuestro país, que ven en nuestra ciudad la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos y cualificar su experiencia artística.

Es así, como la ciudad debe apostarle al fortalecimiento de las condiciones de vida de la comunidad en donde los proyectos de emprendimiento e innovación sean determinantes para promover el desarrollo de tejido social, mediante la creación de puentes para el intercambio de conocimientos que favorezcan la diversidad cultural de nuestro territorio.

Del mismo modo, resulta de vital importancia la descentralización de la oferta artística, así como también la posibilidad de adquisición de bienes y servicios artísticos y culturales para que la población ibaguereña se sienta parte de los planes, programas y proyectos que hacen de nuestra ciudad, un territorio culturalmente atractivo para Latinoamérica y que detenta un capital artístico importante.

Para finalizar, en momentos de cambio como los que vivimos en la actualidad, el diálogo permanente con los artistas y los gestores culturales de la ciudad es un desafío que Ibagué debe enfrentar para dignificar la labor que realizan en sus comunidades y entender las lógicas a través de las cuales son concebidas sus prácticas artísticas para consolidar el imaginario que tenemos como ciudad creativa y capital musical de Colombia.