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Opinión

Voces del cambio: Elecciones de Decanaturas y Dirección del IDEAD en la Universidad del Tolima

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Por: Julián Ñáñez Rodríguez

En vísperas de las elecciones de decanaturas y dirección del Instituto de Educación a Distancia (IDEAD) de la Universidad del Tolima, es imperativo reflexionar sobre el significado profundo de estos cargos, particularmente el de la dirección del IDEAD, cuya trascendencia alcanza dimensiones nacionales.

La figura del decano o decana, cuyas raíces etimológicas se remontan al latín ‘decanus’, originalmente designaba al líder de un grupo de diez monjes en los albores del cristianismo. Con la evolución de la educación superior y el tránsito de los monasterios a las universidades medievales, el término se adaptó para denominar a quienes asumían responsabilidades administrativas cruciales. En la actualidad, esta figura es un pilar fundamental de la estructura universitaria moderna.

En la Universidad del Tolima, según el artículo 44 del Estatuto General, quienes ocupan las decanaturas —y por extensión, la dirección del IDEAD— asumen un papel vital que va mucho más allá de la mera administración. Su labor implica la planificación estratégica, sometiendo anualmente planes de desarrollo y programas de acción a la rectoría y al Consejo Académico, entre otras muchas responsabilidades. Además, juegan un papel crucial junto a las diferentes vicerrectorías y dirección general en la gestión presupuestaria, proponiendo y administrando los recursos para actividades de docencia, investigación y extensión.

Quizás uno de los aspectos más críticos de su función es la promoción de la interacción entre la facultad o instituto y la sociedad en general, actuando como puentes entre la academia y las comunidades. Sin embargo, la dirección del IDEAD conlleva un desafío adicional: la responsabilidad de guiar y conocer una institución con 24 Centros de Atención Tutorial (CAT) distribuidos en 9 departamentos del país. Esta expansión geográfica plantea retos únicos que trascienden las fronteras departamentales, exigiendo una visión que abarca la pertinencia, la calidad, la internacionalización y la conectividad en un panorama educativo cada vez más complejo y diverso.

Pero, ¿qué significa realmente «conocer» en este contexto? Quien asuma la dirección del IDEAD debe ir más allá de un conocimiento superficial de la institución o de su presencia física en los CAT. Se requiere una comprensión profunda de las dinámicas de la educación superior a distancia en Colombia, una sensibilidad aguda para las particularidades socioculturales de cada región atendida, y la capacidad de aterrizar estrategias educativas en contextos diversos.

Sin embargo, de nada sirve conocer estos retos en el discurso si no se ha accionado para abordarlos. El verdadero liderazgo se manifestará en la capacidad de traducir este conocimiento en acciones concretas que transforman la realidad educativa, articulen las políticas de nuestra universidad, 16 hasta el momento, entre ellas las de género, bienestar, inclusión, ambiente, egresados, internacionalización, solo por citar algunos ejemplos. De manera que se reduzcan las desigualdades y potencien el papel del IDEAD como catalizador de desarrollo y cambio social en Colombia.

Ahora bien, se espera que las campañas de quienes aspiran a las decanaturas de las diferentes facultades y la dirección del IDEAD reflejen esta complejidad multidimensional de desafíos y oportunidades. Sin embargo, más allá de las propuestas y planos de acción, es fundamental que no perdamos de vista nuestra esencia como educadores y miembros de una misma comunidad universitaria.

La Universidad del Tolima, en su misión y visión, promueve la ética, el bienestar integral y la formación de ciudadanos comprometidos con la sociedad. Por lo tanto, estas campañas deben ser un ejercicio de coherencia con estos valores, demostrando que, independientemente del resultado, estamos todos y todas unidos por un fin común: la educación. En este proceso electoral, debemos recordar que la competencia no debe socavar la colegialidad, y que el verdadero triunfo será de quienes fortalezcan a la institución en su conjunto, honrando los principios que nos definen como universidad y como personas.

 

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