Política
¡Todos quieren ser presidente en Colombia!
Récord histórico, más de 90 precandidatos inscribieron sus comités de firmas para las elecciones presidenciales de 2026.
En un fenómeno que refleja la fragmentación política y el creciente descontento con las estructuras partidistas tradicionales, Colombia se prepara para las elecciones presidenciales del 31 de mayo de 2026 con una cifra inédita: 91 comités de Grupos Significativos de Ciudadanos (GSC) han sido inscritos ante la Registraduría Nacional del Estado Civil para recolectar firmas y avalar candidaturas independientes a la Presidencia de la República.
Este récord supera con creces los procesos anteriores, donde el número de aspirantes por esta vía rara vez superaba las dos docenas, y marca un hito en la historia electoral del país.
Los últimos datos de la Registraduría: Un boom de inscripciones
Según el informe oficial publicado este martes 18 de noviembre por la entidad, estos 91 comités fueron presentados antes del cierre del plazo de inscripciones, establecido para el 17 de noviembre de 2025.
Cada uno representa a un precandidato que deberá reunir al menos 635.216 firmas válidas –equivalentes al 3% de los votos válidos de las elecciones legislativas de 2022– para consolidar su candidatura antes del 17 de diciembre próximo.
La Registraduría estima que, de aprobarse todas, se procesarán hasta 59 millones de firmas en total, un volumen que demandará una verificación exhaustiva hasta el 21 de enero de 2026 para filtrar fraudes o duplicados.
Este número no incluye a los aspirantes de partidos políticos tradicionales, que ya suman decenas más a través de consultas internas o avales directos. En septiembre pasado, la cifra de comités presidenciales por firmas era de apenas 69, lo que evidencia un acelerón en las últimas semanas, impulsado por el fin del plazo.
En total, para las elecciones de 2026 (incluyendo Congreso), se han registrado 105 comités de este tipo, pero el foco presidencial acapara el grueso del interés.
¿Quiénes son estos 91 aspirantes?
La lista, divulgada por la Registraduría y medios especializados, es un mosaico de perfiles diversos: desde exfuncionarios públicos y periodistas, hasta líderes sociales y empresarios sin experiencia política tradicional.
Entre los nombres más destacados se encuentran:
• Vicky Dávila, la controvertida periodista y exdirectora de La FM y de Revista Semana, quien ha capitalizado su popularidad en redes para posicionarse como voz antisistema.
• Aníbal Gaviria, exgobernador de Antioquia y figura del centro político, buscando un regreso al ruedo nacional.
• Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda en el gobierno de Juan Manuel Santos, representando una opción tecnócrata de centroderecha.
• Moisés Ildefonso Cetre, líder indígena del Cauca, enfocado en causas étnicas y territoriales.
• Pierre Onzaga y Ricardo Pérez, aspirantes menos conocidos, pero con respaldo en movimientos locales.
Esta diversidad incluye a exgobernadores, exministros, dirigentes de movimientos emergentes y hasta ciudadanos comunes impulsados por causas específicas, como la paz, el medio ambiente o la anticorrupción.
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Sin embargo, solo una fracción –históricamente menos del 10%– logra superar la barrera de firmas, como ocurrió en 2018 con candidatos como Sergio Fajardo o en 2022 con independientes menores.
¿Por qué tantos quieren el Palacio de Nariño?
El auge de estos 91 comités no es casualidad; es un termómetro de la crisis de representatividad en Colombia. Tras el escándalo de parapolítica, los escándalos de corrupción en el Congreso y la polarización exacerbada por el gobierno de Gustavo Petro, los colombianos parecen hartos de las maquinarias partidistas.
La vía de firmas, consagrada en la Constitución de 1991, ofrece una «puerta de entrada» democrática para outsiders, permitiendo legitimidad directa del electorado sin depender de cúpulas políticas.
Expertos señalan varios factores clave:
• Fragmentación política: Con el Pacto Histórico dividido y la derecha sin un líder claro, el espacio para independientes se amplía. Encuestas recientes muestran que más del 40% de los votantes se identifican como «independientes».
• Facilidad de inscripción: El proceso virtual y presencial, abierto desde agosto, ha bajado barreras logísticas, atrayendo a aspirantes con recursos modestos, pero ambición alta.
• Estrategia mediática: Muchos, como Dávila, usan redes sociales para viralizar su mensaje, convirtiendo la recolección de firmas en una precampaña gratuita.
• Desafíos por delante: No todo es optimismo. La recolección requiere logística masiva y recursos (estimados en millones de pesos por comité), y la Registraduría ha advertido sobre riesgos de invalidez por firmas falsas, como en procesos pasados.
En resumen, estos 91 precandidatos pintan un panorama caótico pero vibrante para 2026: una democracia en ebullición donde «todos quieren ser presidentes», pero solo unos pocos sobrevivirán al filtro ciudadano.
La Registraduría, bajo el mando de Hernán Penagos, tendrá un rol crucial en depurar la contienda, asegurando que la fiesta electoral no se convierta en un laberinto infranqueable.
¿Lograrán estos independientes romper el molde bipartidista? El veredicto lo darán las firmas… y las urnas.
