Opinión
Propuestas sí, pero no así
Por Juan Urrea – Twitter: @UrreaJuan
El debate presidencial en el país con la selección de candidatos mediante consultas ha permitido una diáspora de aspirantes y en el presente, varios debates sobre la visión de los candidatos para el país.
En ello, lo primero que hay que decir es que la relación inexistente entre las propuestas y las acciones ejecutadas por los candidatos cuando han estado en otros cargos de poder permite hacer una corta y objetiva evaluación frente a los candidatos, que, ante la ausencia de correlación entre ejecuciones y propuestas, varios candidatos acuden a la demagogia y graves propuestas económicas que terminan socavando el real debate frente a las acciones que requiere la nación.
Para la época de los 1890, se realizó emisión de moneda sin la autorización previa que se requería por parte del Congreso en aquella época, pero no fueron otros sino los artesanos colombianos los que sintieron el golpe de las malas decisiones de quienes dirigían el Estado en ese entonces. La propuesta cardinal de Gustavo Petro de imprimir billetes como si fuera a la par de la generación de riqueza, afecta gravemente a los más pobres ya que elimina gran parte del valor de la moneda ante el aumento de la oferta de la misma.
Así, ante su experiencia en la importación de camiones chatarra por parte del alcalde Petro, hoy su propuesta es aumentar los aranceles a los alimentos importados tras el discurso poético de que esto generará espontáneamente un aumento de la oferta nacional; lo cierto es que la consecuencia de dichas decisiones son el aumento de los precios de los alimentos y la escasez en la canasta familiar de muchos otros, afectando sobre todo a las personas con menos ingresos.
Y como si no bastara, su propuesta requiere de gestar un control de precios frente a productos específicos y esenciales por parte del Estado; nada más desacreditado en la historia económica, implementar control de precios ha tenido como resultado la inexistencia de la oferta, la escasez y al mismo tiempo el aumento de un mercado de contrabando a fin de proveer los productos controlados.
Las tres propuestas anteriores de Petro demuestran lo peligrosas que son para el estado actual del país en el contexto internacional frente al mercado, pero más allá de eso, la discusión frente a las malas propuestas opaca y socava el debate de los debates reales que requiere el país, para su crecimiento, para la ampliación de cobertura en educación y materias fundamentales frente a la industria nacional.
El debate presidencial requerirá una alta dosis de dialéctica para acometer la demagogia y para desarrollar las verdaderas propuestas y avances que requiere el país, que hoy parecen ahogadas ante el populismo y engaños poéticos que, ejecutándose afectaría gravemente a la nación.