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Opinión

No aparecemos muertas, nos matan

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Por: Camila Ante

Cada vez que una noticia sale acerca de los casos de feminicidio la piel se me eriza, me imagino un sinfín de panoramas por los que podría estar involucrada en un día cualquiera de trabajo o peor, el recibir alguna desgarradora noticia de las personas que amo o estimo, informándome que encontraron el cuerpo inerte de mi madre, hermana o amiga en una zanja, hotel o lugar aterrador. Tan solo pensarlo me desgarra el alma.

Es lamentable observar como las cifras de feminicidio a nivel mundial aumentan y Colombia no es la excepción. Nada más durante lo corrido del 2022, con corte al 16 de marzo, 225 mujeres fueron asesinadas, según lo informó semana. Leerlo genera pánico y más cuando se es mujer.

¿Qué se hace en esos casos? Las investigaciones avanzan a paso tortuga y en algunos casos terminan dentro de expedientes cubiertos de polvo que nadie observa. Estamos en el siglo XXI, donde las leyes a todos cobijan, pero pareciera como si no existieran. E inclusive algo más lamentable… que dentro del mismo género no haya empatía.

Como mujeres somos ciegas, sordas y mudas, vemos atrocidades entre nosotras mismas y no hacemos nada; somos cómplices de actos canallas y no nos involucramos por miedo; En las marchas feminista se despliega con orgullo una bandera llena de temor, de sangre y nombres; aun así, todo queda en el aire porque algunas veces nuestras acciones individualistas nos condenan.

Cuantas vidas podríamos salvar en el momento preciso si actuáramos… dicho actuar es de todos. Porque proteger un derecho no es de género, es de humanismo.

Hoy es el caso de Debanhi Escobar, pero mañana… ¿Quién será? No aparecemos muertas, nos matan.

Periodista del ámbito político administrativo y regional, con experiencia en diferentes medios de comunicación, director de Enfoque TeVe.