sábado, 27 de septiembre de 2025 18:37

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Opinión

Mafe Cabal a la Presidencia: ¿Una Oportunidad para las Juventudes o un Regreso al Pasado?

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Por: Dahian García Covaleda

María Fernanda Cabal se ha establecido como una de las figuras más polémicas en la carrera hacia la presidencia de Colombia. Su estilo directo, sin concesiones, la ha llevado a ser tanto admirada como criticada. Pero si algo ha destacado en su discurso, es su apuesta por las juventudes colombianas, un sector que, más allá de los estigmas y prejuicios, tiene mucho que decir sobre el rumbo que debe tomar el país. ¿Qué hay detrás de este enfoque?

En su campaña, Cabal ha señalado en varias ocasiones que uno de los pilares de su visión para Colombia es precisamente la juventud. “Los jóvenes son el futuro”, ha dicho en múltiples intervenciones. Pero esta frase, que suena tan común, cobra relevancia cuando se escucha de alguien como ella, que proviene de una ideología que históricamente ha estado más conectada con la tradición que con las transformaciones sociales promovidas por las nuevas generaciones.

Lo cierto es que la juventud colombiana no es homogénea. Existen, por supuesto, jóvenes que se identifican con valores más tradicionales y que ven en la seguridad y la mano firme un salvavidas frente a la violencia y el desorden social. Y son precisamente esos jóvenes los que Cabal ha logrado captar, aquellos que buscan un país donde la ley se respete, donde las instituciones sean fuertes y donde el narcotráfico y la violencia no dicten el curso de la vida cotidiana.

Sin embargo, hay algo importante que destacar, los jóvenes que apoyan a Cabal no son, como se suele estigmatizar, «pro-armas» ni seguidores de un discurso belicista. Muchos de ellos simplemente están cansados de los discursos vacíos que promueven una paz que se siente inalcanzable en un país donde la inseguridad parece ser la norma. Cabal, con su mensaje claro y directo, ha sabido conectar con aquellos que sienten que el Estado no les ha dado una respuesta efectiva para afrontar los desafíos que les afectan, desde el desempleo hasta el miedo constante por la violencia.

Cabal ha sabido explotar una de las mayores preocupaciones de la juventud colombiana, la inseguridad. En un país donde los jóvenes son frecuentemente las víctimas de la violencia, hablar de seguridad no es un tema menor. La propuesta de Cabal de fortalecer a las fuerzas armadas, de ser firme frente a los grupos armados y de garantizar que el crimen no quede impune, le ha permitido posicionarse como una alternativa atractiva para quienes sienten que el gobierno actual no ha logrado frenar la ola de violencia.

Pero aquí se plantea un dilema, la juventud también exige políticas públicas que vayan más allá de la represión. La inseguridad no se combate únicamente con la presencia militar, sino también con educación, empleo y oportunidades de desarrollo. Los jóvenes que apoyan a Cabal no solo piden mano dura; también exigen un futuro más próspero, que les permita acceder a una educación de calidad, a trabajos bien remunerados y a condiciones de vida que les aseguren un futuro mejor que el de sus padres.

La gran pregunta es si Cabal, en su afán de reforzar el orden y la seguridad, puede también ofrecer una visión inclusiva y de desarrollo para las juventudes, especialmente para aquellas que han sido históricamente excluidas de las decisiones políticas. ¿Podrá equilibrar la firmeza con la apertura a las nuevas demandas sociales?