Opinión
La Seguridad en Tolima: Entre el Esfuerzo Departamental y la Indiferencia Nacional

Por: Felipe Ferro
Escuchar al secretario de Seguridad del Tolima, Alfredo Bocanegra, es como entrar en una realidad paralela. En su versión, el departamento vive en un edén de tranquilidad, donde la seguridad está garantizada y la inversión del Gobierno Nacional ha sido suficiente. Sin embargo, basta con pisar los territorios, hablar con la gente o revisar las cifras reales para notar que su discurso es tan desconcertante como irresponsable.
Si Tolima fuera un paraíso de seguridad, entonces, ¿por qué la gobernadora Adriana Magali Matiz ha tenido que asumir con recursos propios del departamento lo que el Gobierno Nacional debería financiar? La mandataria ha sido clara en señalar que la inversión del Ejecutivo en seguridad ha sido insuficiente, obligando al Gobierno Departamental a redoblar esfuerzos para impedir el avance de grupos terroristas que hoy, en municipios como Planadas, Ataco y Chaparral, se dedican a extorsionar y hasta carnetizar a la población civil.
Mientras el secretario Bocanegra nos vende la ficción de un Tolima sin sobresaltos, la realidad golpea de frente. Solo en lo que va del año, el delito de extorsión ha crecido un 30% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según cifras de la Policía Nacional. En municipios como Rioblanco y San Antonio, los comerciantes denuncian presiones constantes por parte de grupos al margen de la ley, mientras la respuesta del Gobierno Nacional sigue siendo la misma: indiferencia y abandono.
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El año pasado, los diputados del Tolima alertamos sobre la creciente inseguridad en algunos municipios del departamento y el peligro latente que enfrentábamos por las constantes amenazas. Pedimos protección, pero nuestras peticiones fueron desoídas por el Gobierno Nacional, como con todo lo que pasa en el Tolima. Para el secretario Bocanegra, parece que denunciar la falta de inversión en seguridad es inconveniente, pues pareciera que su lealtad no está con los tolimenses y su gobernadora, sino con un Gobierno Petro que ha demostrado su desinterés por la región.
Es innegable que hay delitos que se han combatido con éxito, y eso es un logro que debemos reconocer a nuestra Fuerza Pública y a la administración departamental. Pero no podemos cerrar los ojos ante lo que aún falta por hacer. La gobernadora Matiz ha asumido una postura crítica y responsable frente a la desidia del Gobierno de Petro, y su gestión en materia de seguridad debe ser respaldada.
Mientras Petro siga ignorando las necesidades del Tolima, la inseguridad seguirá creciendo y los ciudadanos quedarán a merced de los violentos. Pero los tolimenses no estamos solos. Contamos con una gobernadora que no se ha rendido y que ha demostrado con hechos su compromiso con la seguridad del departamento. Ahora nos toca a nosotros respaldarla, acompañarla en esta lucha y exigirle al Gobierno Nacional que asuma de una vez por todas su responsabilidad. El Tolima merece respeto, inversiones reales y un compromiso firme con la seguridad de su gente.