La Muerte de Yefferson Baquero en Custodia: Exigencia de Justicia y Transparencia

Autor: Mauricio Gutiérrez – Abogado –Columnista Invitado –

La muerte de Yefferson Baquero, un joven de 20 años que fue hallado sin vida en una estación de policía en Ibagué, ha generado serias dudas. La Policía informó que el joven, detenido por alterar el orden público, fue encontrado suspendido de una cuerda en la sala de detención, sugiriendo un suicidio. Sin embargo, este hecho plantea importantes interrogantes sobre la responsabilidad estatal y el debido proceso.

La Constitución de Colombia es clara: el derecho a la vida es inviolable. El Estado, al tener a una persona bajo su custodia, asume la responsabilidad de protegerla. En este caso, la muerte de Baquero en un recinto policial exige una investigación exhaustiva. No basta con atribuir su fallecimiento a un suicidio; se debe esclarecer si la Policía garantizó su seguridad de manera adecuada.

La Policía tiene un papel esencial en la seguridad ciudadana y debe actuar siempre bajo los principios de legalidad, imparcialidad y respeto a los derechos humanos. La muerte de Jefferson Baquero requiere una investigación rigurosa para garantizar justicia y asegurar que los agentes hayan cumplido con los protocolos. Si hubo fallas, deben corregirse de inmediato. Al mismo tiempo, los policías tienen derecho a un debido proceso y a ser tratados bajo la presunción de inocencia mientras se aclaran los hechos.

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Este tipo de casos suelen generar desconfianza en las instituciones, especialmente cuando las explicaciones oficiales parecen insuficientes. Sin embargo, es crucial recordar que el Estado de Derecho implica que tanto las víctimas como los presuntos responsables tienen derecho a un proceso justo. Para mantener la legitimidad de las instituciones, se requiere que las investigaciones se conduzcan de manera rápida, imparcial y rigurosa.

Para la familia de Baquero, es vital que se llegue a la verdad. La Fiscalía debe garantizar una investigación imparcial. Si hubo fallos en la custodia, el Estado debe responder. Al mismo tiempo, los agentes merecen un juicio justo. La transparencia en ambos lados será clave para restaurar la confianza pública.

La muerte de Baquero exige respuestas claras y un proceso justo para todos. Solo así se garantizará la justicia y la verdad en este trágico caso.