Por: Juan Urrea – Twitter: @UrreaJuan

El año electoral ha llegado y han sido varias las candidaturas que han avanzado para presentarse a las elecciones de octubre, un análisis superficial de las dos elecciones anteriores nos permite establecer que serán varios, por lo menos más de cinco, los candidatos que aspiren a la Alcaldía de Ibagué.

Entonces, existe una falacia argumentativa al sostener que entre más candidatos se presenten a una elección mejoran las condiciones de la democracia local, pero lo cierto es que si el aumento de candidaturas no se traduce en la consolidación de las propuestas en transformaciones y ejecuciones que la ciudad requiere, aunado a un incremento en la confianza de la ciudadanía hacia las instituciones locales, termina siendo vano una mayor participación al momento de buscar hacerse elegir en las urnas.

Aunque en aras de evitar las confusiones es propicio decir que esta no es una columna en contra de más postulaciones a los cargos de elección popular, pero si lo es ante las candidaturas cuya única motivación en ser una candidatura que representa, ataca o está en contra de otro sector político, cuando lo que hoy requiere la ciudad de Ibagué es un Proyecto de Ciudad que le permita al ciudadano entender el cómo está hoy la ciudad y hacia donde debe construirse la Ibagué en un mediano y largo plazo.

Ibagué, aunque ha tenido logros y avances que no pueden desconocerse a lo largo de las administraciones recientes, pero no hay que ocultarlo, la ciudad vive un atraso en comparación a las ciudades con características similares y sobre todo con lo que sus ciudadanos demandan; es así como escenarios deportivos, culturales necesarios o planeados para hace quince años terminan siendo entregados o buscando su ejecución a la postre.

Un Proyecto de Ciudad claro y especifico es lo que los candidatos deben plantearle a la ciudadanía para que se llegue a las urnas con un voto informado y con la claridad sobre el modelo de ciudad que se está eligiendo, sin que el ruido de los odios, rumores o el marketing político ahoguen las grandes discusiones que requiere Ibagué frente a la seguridad, la generación de riqueza para la creación de empleos, así como las grandes obras, necesarias en la cotidianidad de los ciudadanos. Que las elecciones locales en Ibagué sean una oda por los Proyectos de ciudad y no los anuncios de candidaturas que desdibujan el diseño de la elección popular de mandatarios locales.