Política
Guillermo Alfonso Jaramillo: Un futuro político incierto ante una posible candidatura a la Gobernación del Tolima

¿Pone a tambalear al barretismo? Varios factores analizados a continuación muestran al exalcalde de Ibagué como un posible actor político de relevancia en los próximos comicios regionales.
El nombre de Guillermo Alfonso Jaramillo, actual ministro de Salud y Protección Social de Colombia, ha comenzado a resonar como una posibilidad para la Gobernación del Tolima en las elecciones locales de 2027.
Aunque Jaramillo no ha confirmado públicamente su intención de postularse, su trayectoria política, su arraigo en el departamento y su rol en el gobierno de Gustavo Petro lo posicionan como una figura relevante en el escenario político tolimense.
En MinSalud desde mayo de 2023, ha liderado la controversial reforma al sistema de salud. Su gestión ha generado opiniones divididas: mientras algunos sectores destacan su compromiso con la transformación del modelo de salud, otros critican los retrasos en la implementación de políticas y los conflictos con la Corte Constitucional por temas como el ajuste de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) y los presupuestos máximos. Estas controversias podrían influir en su imagen pública si decide lanzarse a la contienda electoral en el Tolima.
En los últimos años la región tolimense ha sido un bastión del Partido Conservador, liderado por la corriente del senador Óscar Barreto, conocida como el Barretismo. En las elecciones de 2023, Adriana Magali Matiz, respaldada por Barreto, se convirtió en la primera mujer gobernadora del departamento, consolidando la hegemonía conservadora. Sin embargo, el escenario político muestra signos de cambio, con sectores alternativos y de izquierda buscando articularse para desafiar esta supremacía.
En este contexto, Jaramillo emerge como una posible carta del Pacto Histórico, la coalición de izquierda que apoya al presidente Petro. Su experiencia como exgobernador y exalcalde, combinada con su cercanía al Gobierno Nacional, podría atraer a votantes que buscan una alternativa al conservatismo tradicional. No obstante, su candidatura enfrentaría varios obstáculos, incluyendo la percepción de su gestión como ministro y la fortaleza de las estructuras políticas locales.
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Factores a favor de una candidatura
- 1. Reconocimiento y experiencia: Jaramillo cuenta con un amplio recorrido político y una base de apoyo en el Tolima, especialmente en Ibagué, donde su alcaldía dejó un legado en temas como la oposición a proyectos mineros y la promoción de políticas sociales. Su perfil como médico y político con experiencia internacional podría resonar entre sectores que valoran la preparación técnica.
- 2. Respaldo del Pacto Histórico: Como aliado cercano de Petro, Jaramillo podría contar con el apoyo de la maquinaria del Pacto Histórico, que busca fortalecer su presencia en regiones clave como el Tolima. Su rol como ministro le otorga visibilidad nacional, lo que podría traducirse en recursos y alianzas para una campaña regional.
- 3. Demanda de cambio: La hegemonía conservadora ha generado críticas por problemas persistentes como el desempleo (15.7% en el Tolima, uno de los más altos del país) y el deterioro de las vías terciarias. Jaramillo podría capitalizar este descontento presentándose como una opción renovadora, especialmente entre sectores populares y rurales.
Desafíos para una posible candidatura:
- 1. Desgaste de su gestión ministerial: La reforma de salud ha sido objeto de intensos debates, con críticas por parte de opositores y sectores del sistema de salud que podrían afectar su imagen. Denuncias como las del representante Hernán Cadavid, del Centro Democrático, sobre presuntos sobrecostos y conflictos de interés, aunque no probadas, podrían ser utilizadas por sus adversarios en una campaña electoral.
- 2. Fortaleza del Barretismo: La maquinaria conservadora, liderada por Óscar Barreto, ha demostrado ser una fuerza electoral difícil de derrotar. La gobernadora Matiz, con su reciente elección y enfoque en seguridad y empleo, mantiene una posición sólida que cualquier candidato, incluido Jaramillo, tendría que enfrentar.
- 3. Polarización política: La cercanía de Jaramillo con Petro podría polarizar el electorado tolimense. Mientras algunos sectores progresistas lo ven como un líder capaz de desafiar al establecimiento, otros podrían percibirlo como una extensión de un Gobierno Nacional que enfrenta críticas por su manejo económico y político.
Escenario electoral y posibles competidores:
Aunque faltan dos años para las elecciones, el panorama político en el Tolima comienza a definirse. Por el conservatismo los nombres del diputado Giovanny Molina y de Ricardo Orozco son los únicos que suenan, aunque diferentes analistas se atreven a candidatizar al mismo Óscar Barreto Quiroga. Y por otros sectores, se presenta el perfil del ingeniero Andrés Hurtado, ligado al hurtadismo, quien también busca consolidar su aspiración a la Gobernación.
La eventual candidatura de Jaramillo alteraría estas dinámicas, forzando alianzas o divisiones entre los sectores de izquierda y centro.
El precedente de su hermano, Mauricio Jaramillo, es relevante. En 2023, Mauricio fue inhabilitado por el Consejo Nacional Electoral para aspirar debido a su parentesco con Guillermo Alfonso, entonces ministro. Si Jaramillo decide postularse en 2027, deberá renunciar a su cargo ministerial con suficiente antelación para evitar cualquier inhabilidad, lo que implica un cálculo estratégico sobre su salida del gobierno.
Finalmente, se puede destacar que la posibilidad de que el actual titular de la cartera de Salud aspire a la Gobernación del Tolima en 2027 genera expectativa, pero a la vez incertidumbre. Su capacidad para movilizar a los sectores populares, su experiencia administrativa y su conexión con el Gobierno Petro son activos importantes, pero deberá sortear el desgaste de su gestión como ministro y la fortaleza de las estructuras políticas tradicionales en el departamento.