Ibagué
En el Día Mundial del Idioma Español, Agustín Angarita comparte claves para cuidar el uso del lenguaje

La riqueza del idioma contrasta con los errores que cometemos a diario. En esta fecha conmemorativa, un experto plantea claves para hablar y escribir mejor.
En el marco del Día Mundial del Idioma Español, el profesor y director del pódcast Cuidemos nuestro idioma, Agustín Angarita, compartió una serie de reflexiones y datos curiosos sobre el uso cotidiano del castellano, muchas veces afectado por errores comunes en la comunicación oral y escrita.
Para comenzar, aclaró que, aunque comúnmente se hable de “idioma español”, en realidad el nombre oficial del idioma en Colombia es el castellano, como lo establece la Constitución Política. “Esto quiere decir que no es el español, sino el castellano, y lo dice la constitución, el mandato de la máxima expresión política de este país. Lo que significa que nosotros hablamos castellano”, explicó.
El experto destacó que hablar correctamente es esencial para lograr una comunicación clara y efectiva. “Cuando hablamos mal, utilizamos mal el lenguaje, utilizamos mal los verbos, no conjugamos adecuadamente. Entonces la comunicación no queda lo suficientemente clara, se presta a malos entendidos y va generando toda una serie de inconvenientes”, sostuvo.
Uno de los fenómenos que más llama la atención, según Angarita, es el limitado uso del vocabulario entre las nuevas generaciones. “Los jóvenes hablan más con emoticones que con palabras. Hoy se considera que utilizan en promedio unas 600 palabras, cuando el idioma es muchísimo más rico. Se desperdicia la posibilidad de que la comunicación sea franca, sencilla y, sobre todo, clara”, afirmó.
Sin embargo, esta problemática no se limita a los jóvenes. “Ocurre en personas de alto turmequé, de alto coturno. Sucede, por ejemplo, constantemente en medios de comunicación locales, regionales y nacionales, y en personas del alto gobierno”, señaló.
Errores comunes en el uso del idioma
Angarita también enumeró expresiones que, aunque de uso frecuente, son gramaticalmente incorrectas. Un ejemplo es el término “funcionario público”, que considera redundante. “Todo funcionario es una persona que trabaja en el Estado, y el Estado es la máxima expresión de lo público. Luego, decir funcionario ya implica que es público. Decir ‘funcionario público’ es una redundancia, sin embargo, es tremendamente frecuente”.
Otra expresión mal utilizada es “compulsar copias”. Según Angarita, “el verbo compulsar quiere decir obtener copias fidedignas, reales y exactas. De ninguna manera quiere decir enviar, trasladar o mandar”, lo que hace incorrecto su uso en ese contexto.
Asimismo, hizo referencia a errores comunes en letreros publicitarios en Ibagué, donde la falta de concordancia entre sustantivo y adjetivo es evidente. “Uno escucha decir, por ejemplo, ‘taller automotriz’. Taller es masculino, pero automotriz es femenino. Entonces no se puede decir ‘taller automotriz’, tiene que decirse ‘taller automotor’. En cambio, sí es correcto decir ‘pintura automotriz’, porque ambas son femeninas”.
Incluso, comentó que estos errores se observan en negocios de figuras reconocidas. “Con mucha frecuencia encuentra uno establecimientos que son de personas que han tenido cargos importantes en el país, el departamento o la ciudad, que tienen estas incoherencias”.
Por último, destacó una característica particular de la cultura tolimense: la pluralización incorrecta de palabras terminadas en “í”. “No se dice manís, no se dice Rubín, no se dice ajís, no se dice bisturís. Se dice ajíes, rubíes, maníes, bisturíes”, explicó.
Angarita cerró su intervención con una reflexión sobre la importancia del uso adecuado del idioma: “Hablar mal es como tener mal aliento: utilizar mal el lenguaje. Necesitamos recuperar y mantener el idioma de la mejor manera”.
Quienes deseen profundizar en el tema pueden acceder al pódcast Cuidemos Nuestro Idioma, disponible en Spotify.