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Opinión

EL FIN DEL AFÁN DURANTE LA CUARENTENA

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Administradora de empresas, magister en proyectos de desarrollo sostenible, docente y analista en diagnostico corporativo y sostenibilidad.

POR: YERLY CAROLINA MORALES REINOSA

Al iniciar el año 2020, algunas personas tenían sus proyectos y/o metas definidas, unos comieron las doce uvas pidiendo deseos, otras elevaban plegarias al cielo con sus propósitos y otros tantos, realizaron una lista de sueños para cumplir en este nuevo año. Este periodo de tiempo, conocido como el año de la visión y/o el año del gemelo inicio con gran normalidad y de repente un virus hizo un giro de 180 grados en la vida de muchos seres humanos.

¿Cuantos de ustedes tenían metas para este año 2020? Entre las metas más comunes encontramos: pagar la cuota inicial de una casa o apartamento, pagar la deuda, iniciar con la idea de negocio, iniciar sus estudios, cambiar de trabajo, viajar a otro país y conocer otras culturas, estas y otras metas a corto plazo, llenas de motivación y esperanza, estaban planteadas para cumplirse en este nuevo año; sin dudas, la pandemia del COVID 19, ha hecho que estos sueños y metas deban aplazarse y replantearse en la consecución de nuevos objetivos.

¿Cuántas de estas metas deberán esperar unos meses más, y tal vez proyectarlas al nuevo año?

Pareciera el fin del afán a la necesidad de progreso y la obtención de logros materiales que impulsa a los seres humanos día tras día, pero el entorno competitivo donde quien más posee recursos materiales es quien mejor vive, deja al descubierto qué personas son resilientes a estos cambios abruptos de la situación actual, reorganizando sus vidas ante las medidas adoptadas por los gobiernos para disminuir el impacto de la pandemia en los territorios. Por esta razón, aumentara la ansiedad y el miedo con los días venideros, algunas personas coinciden con la siguiente frase: Quisiera dormir y cuando despierte, experimentar que todo paso y que estamos fuera de riesgo de contagio y siguen ansiosos por el futuro, sin disfrutar del regalo más hermoso de la vida, el día de hoy que tienen por vivir.

La clase social alta se preocupan por la disminución de la rentabilidad de sus inversiones, sus ingresos permanecerán estables y las necesidades fisiológicas y de seguridad están resueltas por un largo periodo de tiempo; en contraste, la clase social media enfocada en los pequeños y medianos comerciantes, algunos profesionales, trabajadores independientes y demás, su ansiedad se enfoca en el pago de sus obligaciones, las necesidades fisiológicas están resueltas por poco tiempo gracias a sus ahorros y las necesidades de seguridad como sus recursos, el empleo, la salud y la propiedad privada están en crisis porque el pago depende directamente de sus ingresos; en cambio, la clase social baja está compuesta en su gran mayoría por trabajadores dependientes, trabajadores informales y demás personas que subsisten con el pago diario, semanal, quincenal y mensual, quienes subsisten  en hogares que dependen del dinero que reciben por sus labores, esta clase social carece de satisfacer la base de sus necesidades fisiológicas como la alimentación de la canasta básica familiar.

En contraste con el planteamiento anterior, existen personas melancólicas, tristes, que añoran la versión de años anteriores o sumergidas en la angustia por haber dejado tareas para después que hoy sienten qué no pueden cumplir, otro tanto de seres humanos continúan en un entorno tóxico recordando, el daño percibido por situaciones o hechos ocurridos como: perdida de pareja, relaciones rotas con los hijos, maltrato físico y verbal, el castillo de sueños ahogados en el incendio de las malas decisiones, el vacío dejado por los seres queridos que hoy se encuentran presentes en sus recuerdos; sin duda, en este aislamiento obligatorio, cuando el ritmo de vida disminuye  aumenta el tiempo de reflexión, estos recuerdos pueden volverse fuertes, solamente si usted le permite apoderarse de su pensamiento, si le admite entrar y quedarse en el día a día de su rutina, entonces, usted ha consentido afectar su estado de ánimo, que no es conveniente para esta época.

En consecuencia, los habitantes del territorio deben evitar caer en la crisis de predecir el futuro y/o afectar su estado de ánimo con el pasado, la invitación de este escrito es a disfrutar la vida que hoy tienen, regocijarse en las pequeñas cosas que en este momento le producen gozo en compañía de los seres amados, a sonreír cada vez que le sea posible, un día vivido es un día que se ha ganado la batalla al virus COVID 19, este tiempo presente también les permite reencontrarse con usted mismo, alguna vez ha escrito la respuesta sobre la siguiente pregunta ¿Quién soy yo?, tal vez le permita definir sus características y encontrar respuestas que puede estar buscando en otras personas.

Es importante en este tiempo de aislamiento obligatorio que usted identifique sus características positivas para fortalecerlas, es significativo que escriba una carta diciéndose lo mucho que se ama, afirmando y resaltando todo lo bueno que posee y finalmente es vital que reconozca lo importante que es para este mundo y tome todas las medidas de autocuidado que le sean posibles, este es un tiempo de solidaridad, es tiempo para pensar en positivo y aislar los pensamientos negativos, al igual que las monedas tienen dos caras usted decide si siempre está en sello (negativo) o la deja en cara (positivo).

Periodista del ámbito político administrativo y regional, con experiencia en diferentes medios de comunicación, director de Enfoque TeVe.