Luego de una vida laboral exhausta, Germán Ospina decide lanzarse al mundo del comercio informal, les contamos su historia.

Los vendedores informales son personas dedicadas a vender diferentes productos ya sea de comida, accesorios, ropa o juegos en el espacio público.

Para el trimestre móvil mayo – julio de 2022, la proporción de ocupados informales fue 58,1%, lo que significó una disminución de 1,7 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre del año anterior (59,8%). Para las 13 ciudades y áreas metropolitanas, esta proporción fue 44,3%”, aseguró el DANE.

En Enfoque TeVe entrevistamos a un ciudadano que labora en el comercio informal, se trata de Germán Ospina Valencia, una persona que sobrepasa los 60 años.

“Durante los últimos 6 años, trabajo vendiendo tintos, pintados, aromáticas, pan con mantequilla y galletas en mi carrito”, contó.

Ospina trabajó desde sus 18 años en una carnicería en una plaza de mercado de la capital tolimense, laboró 28 años en aquel lugar y de ahí tomo la decisión de trabajar por su cuenta como vendedor informal.

“Estaba cansado de trabajar en la carnicería, ahí no cotizaba pensión, ni seguro y eran horarios muy largos”, resaltó.

Asimismo, destacó que ahora maneja los horarios a su conveniencia, comenzando a caminar las calles de la ciudad desde las 5 hasta las 9 de la mañana, su jornada laboral le permite realizar más actividades en su vida y descansar, ya que se encuentra según él: “viejo, cansado y no me gusta estar todo el día en la calle”.

El no contar con ayudas monetarias por parte del estado le impide dejar de trabajar, ya que solo posee este ingreso económico.

Posteriormente, realiza una recomendación a los jóvenes en donde enfatiza que es importante preocuparse por el futuro y superarse, porque al envejecer es más difícil obtener oportunidades, sin importar si es de manera independiente, ya que para él lo más significativo es la disciplina, “todo negocio es bueno por más pequeño que sea”, puntualizó nuestro vendedor informal entrevistado, a quien le deseamos lo mejor, ya que el tinto que vende, es el mejor que nos hemos tomado en las calles ibaguereñas.

Por: Kattlin Ospina