Una proveniente de Casabianca, la otra de Gualanday, contaron que se incorporaron a la institución a pesar de que nadie creía que fuera posible.

La auxiliar de la Policía Tolima Dayana Mahecha, proveniente de una familia dedicada al campo con la caña, la panela y el café en Casabianca, contó que desde niña su sueño era incorporarse a la institución, también reveló que muchas personas creían que era imposible, pero con esfuerzo y sacrificio pudo lograrlo.

“Cuando supe que había convocatorias para prestar el servicio militar como auxiliar, me acerqué a la estación de policía y allá me dieron todos los datos, la realidad es que el proceso es muy fácil y asequible”, expresó Mahecha.

La joven agregó que estar en la institución es ver un futuro a largo plazo, estabilidad, crecer como persona, una experiencia que le ha enseñado valores, forjar el carácter y crear lazos con sus compañeros que ahora son su familia.

Otra historia de vida nos la cuenta la auxiliar Ana Catalina Gutiérrez, nacida en Gualanday quien reveló que al momento de inscribirse para incorporarse pensó que no pasaría, pero al final pudo cumplir su sueño.

“Yo dije, aquí no va a pasar nada, no voy a pasar, pero para mi sorpresa ¡sí pasé! A los 15 días me comunicaron que organizara todas mis cosas personales y aquí estoy”, mencionó Gutiérrez.

Finalmente, agregó que estar en la institución le ha enseñado a forjar su carácter y a comprender que la incorporación es sencilla para todos los jóvenes que deseen hacerlo.

“Motívense a incorporarse, nada pierden con intentarlo porque es una experiencia única y muy motivadora para salir adelante, nos enseña a tener carácter y a luchar siempre por los sueños”, puntualizó la uniformada.