Miembros de la cooperativa señalan a la mesa directiva de bloquear la participación democrática.

El pasado 8 de noviembre se llevó a cabo una Asamblea Extraordinaria en Coopemtol con el propósito declarado de ajustar los estatutos a las nuevas directrices establecidas por la Superintendencia de la Economía Solidaria en su Circular Externa 88 del 13 de agosto de 2025, denominada Guía para la implementación de mejores prácticas de buen gobierno para las empresas solidarias supervisadas por la Supersolidaria.

Sin embargo, según denuncias recibidas en Enfoque TeVe, lo que debió ser un ejercicio transparente de actualización normativa, terminó revelando profundas grietas democráticas de la cooperativa.

«La Circular 88, que desarrolla lineamientos derivados del Decreto 962 de 2018, fue creada precisamente para enfrentar los males que históricamente han deteriorado el gobierno cooperativo en Colombia. Entre los riesgos identificados por la Supersolidaria se encuentran la falta de controles internos, las elecciones poco transparentes, la perpetuación indefinida de cargos directivos, la desinformación a los asociados, los conflictos de interés y las decisiones discrecionales en la alta dirección; todos estos males hoy en día aquejan a Coopemtol», indicó uno de los denunciantes, quienes prefirieron que no mencionáramos sus nombres en esta nota periodística.

Esta persona, agregó que la intención de la Circular 88 es clara: elevar los estándares mínimos de buen gobierno y devolver la confianza a los asociados mediante más transparencia, mejores procesos electorales, límites a la reelección, evaluaciones periódicas del consejo y la gerencia, gestión formal del riesgo y criterios técnicos —no clientelistas— para la selección de directivos.

«Pero en la cooperativa ocurrió exactamente lo contrario. Los delegados, representantes de más de 6.600 asociados, acudieron a la Asamblea Extraordinaria sin conocer el contenido de la Circular 88», aseveró.

Y añadió: «La administración tampoco hizo el más mínimo esfuerzo por socializarla. Los delegados recibieron el proyecto de reforma estatutaria con menos de diez días de antelación y sin una sola capacitación, documento comparativo frente a la normatividad, explicación jurídica o guía técnica sobre los más de 90 artículos propuestos para modificación».

Otro de ellos puso en tela de juicio el actuar de la mesa directiva, mencionó que no puede hablarse de participación democrática cuando quienes deben decidir no tienen la información básica para hacerlo.

«Aun así, y con menos del 70% de los delegados presentes, se aprobó una reforma que no solo desconoce el espíritu de la Circular 88, sino que lo contradice abiertamente. Cabe resaltar que, en esta votación, de los aproximadamente 68 delegados asistentes, cerca de 28 son directivos actuales de Coopemtol, que también ofician como delegados y llevan décadas rotando entre el Consejo de Administración, la Junta de Vigilancia y el Comité de Apelaciones», sostuvo.

Por otra parte, argumentó que «ninguno de ellos se abstiene de votar ni se aplica limitación alguna cuando se legisla en causa propia, como ocurre en las decisiones sobre reelección, determinando ellos mismos cuánto tiempo deben permanecer en sus cargos».

En ese sentido, resaltó que a ello se suma que el gerente de la Cooperativa también participa en estas votaciones actuando como delegado dentro de la Asamblea, lo cual contradice abiertamente la normatividad y rompe la independencia entre quien administra y quien controla.

«En lugar de promover la renovación, se mantuvo la reelección indefinida para el Consejo de Administración y la Junta de Vigilancia, extendiendo los periodos a 4 años, cuando la Circular sugiere 3 años y un límite máximo de una sola reelección adicional, condicionada a resultados de evaluación de desempeño», sentenció.

Otro de los entrevistados por esta redacción, dijo que este último aspecto, «por supuesto, ni se explicó ni se debatió.
Tampoco hubo rastro de temas que son hoy imprescindibles en cualquier entidad solidaria según la Circular 88: igualdad de género, relevo generacional, representación equilibrada de la base social, transparencia en los requisitos para ser elegido, o mecanismos que garanticen que los cargos no sean ocupados por los mismos grupos de siempre».

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A esto se le suma que «cada vez que algún delegado mencionó estos aspectos la respuesta fue la misma: “somos autónomos”. Una autonomía entendida, tristemente, como licencia para preservar un modelo de poder que lleva más de 20 años conduciendo a la cooperativa hacia el estancamiento. El resultado es evidente: Coopemtol sigue atrapada en el continuismo y la politiquería», declaró.

Asimismo, lamentó que una empresa que alguna vez representó con orgullo al magisterio tolimense hoy es vista como un espacio controlado por unos pocos, donde la voz del asociado es incómoda y, cuando se hace escuchar, termina castigada.

«Lo sucedido en la reciente celebración del Día del Asociado es prueba de ello: un grupo expresó públicamente su inconformidad, y la respuesta de la administración — especialmente de la Junta de Vigilancia, que debería proteger a los asociados— fue abrirles procesos disciplinarios y amenazarlos con la exclusión», reveló.

Y luego agregó: «Así, la entidad se queda nuevamente sin elecciones transparentes, sin garantías democráticas, sin relevo generacional, sin participación femenina real, sin espacio para los nuevos maestros que quieren aportar, y sin ningún interés institucional por democratizar la toma de decisiones».

Se espera un pronunciamiento de Coopemtol frente a estos fuertes señalamientos y también de la Supersolidaria, que los denunciantes reiteran que esta entidad debería vigilar los excesos, pero que por ahora brilla por su ausencia.