martes, 19 de agosto de 2025 22:21

Connect with us

Opinión

Cuando las ideas también son blanco de las balas

Published

on

Por: Adriana Avilés Alvarado

Cuando un líder político es asesinado, no solo se apaga una vida: se intenta silenciar una voz, una propuesta, un proyecto. Se interrumpe un camino y se golpea, de manera brutal, la confianza en que es posible construir paz. El impacto no es únicamente en la persona y su entorno sino en toda una nación que ve cómo la violencia sigue imponiéndose sobre el diálogo y las ideas.

Pero las balas no son el único medio para matar. También se asesina cuando se ridiculiza una propuesta por no encajar en las lógicas del poder; cuando se desacredita a quien piensa distinto, cuando se bloquea el avance de iniciativas necesarias para una región o un país. También se mata cuando se priva a la gente de la verdad, cuando se promete y no se cumple, cuando la politiquería suplanta a la política de la palabra y el compromiso.

La omisión es también un arma silenciosa. Los años que transcurren sin apuestas de desarrollo, sin debates de fondo, sin defender los intereses de la comunidad, erosionan la fe de la ciudadanía. Y un pueblo que pierde la fe en sus instituciones y en sus líderes queda expuesto al desencanto, a la manipulación y, nuevamente, a la violencia.

Le puede interesar: El voto joven no se compra con likes: ¿está listo Camilo Romero?

La paz no es solo la ausencia de armas; es también la presencia de compromiso, respeto y palabra cumplida. Honrar la democracia implica debatir con altura, escuchar al otro y reconocer que las diferencias no son excusas para destruir, sino oportunidades para construir.

Por eso, el reto no puede quedar solo en manos de unos pocos. Es la ciudadanía la que debe tomar las ideas, defenderlas y hacerlas avanzar. La movilización ciudadana, el voto consciente, la participación y el control social son las herramientas más poderosas para derrotar la corrupción, la politiquería y la violencia.

No basta con lamentar las pérdidas; debemos honrarlas con acción. Porque no solo las balas matan: También lo hacen la mentira, la indiferencia y el olvido. Frente a eso, la respuesta debe ser un pueblo despierto, unido y decidido a no dejarse arrebatar el futuro.