La salida de Liliana Ospina de la Secretaría de Salud de Ibagué, confirmada por la alcaldesa Johana Aranda, ha generado reacciones encontradas entre la clase política local. En medio de la especulación sobre posibles motivos políticos detrás de esta decisión, el concejal de Alianza Verde, Andrés Zambrano, desmintió las versiones que lo vinculan con la salida de la funcionaria y abordó la situación con la prensa local.

El cabildante aclaró que no tuvo ninguna injerencia en la decisión, destacando que «no tengo ni idea de qué estaba pasando en la Secretaría de Salud». Además, descalificó los rumores que lo señalan como responsable de la renuncia de Ospina, subrayando que las versiones actuales sobre su involucramiento son «descontextualizadas» y «muy lamentables». En su opinión, la salida de la exsecretaria no está relacionada con una estrategia política, sino que podría deberse a «situaciones internas» en la Administración Municipal.

«Hoy hemos citado un debate de control político a la unidad de salud de Ibagué, en el que acabamos de hacer unas denuncias gravísimas sobre presuntos procesos de falsificación de documentos, incluso en la adquisición de equipos biomédicos», dijo Zambrano, sugiriendo que las tensiones por estos señalamientos podrían haber influido en la salida de Ospina. El concejal también cuestionó la gestión de los recursos destinados a la salud de los ibaguereños, destacando que el Gobierno Nacional transfirió más de 9.000 millones de pesos para equipos básicos de salud, sin que se evidenciaran avances significativos.

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Zambrano también se refirió a la constante rotación de funcionarios en la administración de Johana Aranda, algo que, según él, refleja la falta de planificación y cohesión dentro del gobierno municipal. «Este es un proceso de improvisación que ha sido evidente, más de 15 cambios en las directivas o secretarías de esta administración», indicó. Además, criticó la falta de claridad en la respuesta de la alcaldía sobre la salida de Ospina, llamando a la administración a dar explicaciones públicas y no dejar que «chismes de corrillo» desinformen a la ciudadanía.

Aunque el concejal reconoció la labor de Ospina en su gestión al frente de la Secretaría de Salud, especialmente en el área de salud mental, subrayó que la salida de la funcionaria deja dudas sobre el rumbo de la Administración de Aranda. «Era una secretaria que, a pesar de las críticas, hacía una muy buena labor en la ciudad. Ahora, la Administración debe responder por qué toma este tipo de decisiones tan cerca de un mes neurálgico como diciembre», concluyó.