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Tolima

Casi 1000 tolimenses han intentado quitarse la vida en 2023

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A juicio de los expertos, los problemas de salud mental se han exacerbado después de la pandemia del COVID 19 y en el caso de los adolescentes, la sobrexposición a pantallas y la adicción a videojuegos se convierten en un factor de especial atención.

En el día mundial de la Salud Mental, el Consultorio de Atención Psicológica de UNIMINUTO, ha llamado la atención sobre la cifra de intentos de suicidio reportados en lo que va corrido del año en el Tolima.

De acuerdo con la estadística oficial, a la semana epidemiológica número 38 del año, los suicidios tentados suman 945 casos, y de ellos la mayor prevalencia está en mujeres, con una tasa de 80.4 episodios por cada 100 mil habitantes.

Según las variables demográficas, la mayor afectación se presenta en edades entre los 15 y los 19 años, lo que añade un grado más de preocupación para los expertos.

Aunque el Sistema de Vigilancia Epidemiológica señala como factores desencadenantes principales: problemas familiares, conflictos de pareja y dificultades de orden económico, para la psicóloga y docente, Maribel Parada, en realidad estos terminan siendo detonantes de procesos generados previamente y que guardan casi siempre relación con ausencia de habilidades y dificultades emocionales no atendidas a tiempo.

«Si bien la pandemia exacerbó toda esa problemática, durante la temporada de aislamiento y cuarentena, los intentos de suicidio disminuyeron porque las personas estaban juntas en casa y el hecho de estar juntos minimizaba ese riesgo», explicó la líder del Consultorio de Psicología de UNIMINUTO.

La profesional agregó que una vez de retorno a la normalidad, los cuadros de ansiedad y depresión han sido mucho más notorios, con el agravante que la mayoría de ellos se asocian a ideación suicida.

«Ya no hay una supervisión constante de los padres a los adolescentes porque no estamos juntos en casa, así que, al no tener herramientas, ni redes de apoyo fuertes, muchos de ellos intentan atentar contra su vida», expresó Parada.

Para la experta consultada, la sobrexposición al uso de pantallas y redes sociales es otro elemento crucial para entender lo que está pasando.

“En este momento, estamos viendo adicciones a videojuegos, y en general a las pantallas. El tema de la recompensa inmediata hace que los chicos no puedan generar esas habilidades y ser más resistentes a frustraciones y al dolor emocional», recalcó.

Alto riesgo
Si bien los indicadores de suicidios son dolorosos y alertan sobre la necesaria acción de todos los actores de la sociedad para lograr su contención, la estadística de episodios no consumados debería, a juicio de los expertos, ser observada con mucho más cuidado.

Y es que se trata de pacientes en alta condición de riesgo que, de no recibir el acompañamiento y un tratamiento necesario podrían reincidir en la idea de buscar poner fin a su existencia.

«El intento de suicidio se convierte en un factor de riesgo muy importante para intentar nuevamente y en esos intentos reiterados se llega a consumar el suicidio, en algún momento, si no se hace lo necesario desde el cuidado de la salud mental», expresó la psicóloga Maribel Parada al dejar ver la importancia de activar y conocer rutas integrales de atención y prevención en todos los entornos de la comunidad, incluidos colegios y universidades.

Sistema insuficiente
Sobre el papel que juega el sistema de salud en esta delicada problemática, la líder del Consultorio de Psicología hizo hincapié en la función social de esas otras instancias alternas a las entidades prestadoras de servicios del régimen contributivo y subsidiado, que, vienen apoyando la atención de los pacientes.

«Las personas llegan a nuestros consultorios y a los de otras universidades porque el sistema de salud no da respuesta oportuna a sus necesidades. Estamos hablando de citas lejanas una de otra, mientras los síntomas se agudizan», detalló Parada.

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Así mismo, la experta habló de la revictimización a la que se somete a estas personas por cuenta de procesos administrativos paquidérmicos y la no continuidad en la asistencia por parte de un mismo profesional.

«El paciente va a la Eps, de pronto consigue la primera cita, pero la segunda se la dan a un mes, mes y medio, o dos meses, entonces luego va con otro terapeuta particular y tiene que volver a contar la historia. Para ese momento la problemática ya se ha agudizado con mayor intensidad y frecuencia en la sintomatología y ya luego no puede volver porque no tiene cómo pagar una consulta. Al final la persona termina con mayor frustración y desesperanza», subrayó Maribel Parada.

Expertos a su alcance
Como lo advierte la propia Organización Mundial de la Salud, las enfermedades de la mente resultan un tema de especial manejo y cuidado.

De ahí que el abordaje y la atención desde el Consultorio de Psicología de UNIMINUTO esté en manos de expertos, un diferencial frente a otras IPS.

«En nuestros consultorios ningún paciente recibe atención de estudiantes. Contamos con psicólogos clínicos, expertos en familia, infancia y adolescencia, suicidio y terapias de tercera generación».

«Pero aun así, a bajo costo podemos atender a la población, incluso con convenios especiales con instituciones y desde luego para nuestros estudiantes», aseveró la docente Maribel Parada, al recalcar cómo una sesión de terapia puede costar apenas una tercera parte de lo que cobraría cualquier especialista.

Mecanismos empleados
Aunque los casos de lanzamiento al vacío resultan ser los que mayor exposición mediática tienen, según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud del Tolima, este es el tercer mecanismo más utilizado por quienes intentan acabar con su vida, porcentualmente, muy lejos de los dos primeros que son la intoxicación por ingesta de fármacos o sustancias y las lesiones con arma blanca.

En un cuarto lugar aparece el intento de muerte por suspensión.