Opinión

Carta a los nuevos consejeros de juventud

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Por: Dahian García Covaleda

Respetados nuevos consejeros:

Si pudiera hablar con mi yo del pasado, le diría que el primer gran reto no fue una elección ni una campaña. Fue creer en mí misma. Nadie te prepara para lo que significa ser elegido, para la responsabilidad que conlleva cumplir lo que prometiste. Descubrí que, incluso con todo el amor y compromiso del mundo, habrá personas que esperen más de ti de lo que puedes dar… y que aun así no estarán satisfechas. Y está bien. No somos omnipresentes ni perfectos, solo humanos intentando hacer lo mejor con lo que tenemos.

También hubiera querido saber que este camino te revela muchas verdades, descubrirás quiénes son tus verdaderos amigos, tu verdadera familia. No todos resisten la presión, los comentarios, las críticas por lo que haces o dejas de hacer. Pero al final del día, lo que realmente importa es poder decirte a ti mismo, “lo di todo, y lo hice con el corazón”.

Sean personas de palabra. Cumplan lo que prometen. Su palabra es su mejor carta de presentación. Es como un crédito: cada vez que la empeñen, tendrán que respaldarla con acciones. Eso les abrirá puertas… o, si no lo hacen, les traerá desgaste y desconfianza.

Tomen decisiones desde el servicio, no desde la ambición. No se trata de tenerlo todo, sino de compartir lo que se tiene. Esa es la esencia del liderazgo juvenil; ser puente, ser voz, ser presencia donde otros no han sido escuchados. Esta frase de que «somos del pueblo» deja de ser un meme de facebook… y se convierte en una realidad. Ya no trabajan para ustedes, sino para todos.

Y sobre todo, disfruten este viaje. Estos cuatro años pueden ser de los más intensos, desafiantes y hermosos de sus vidas. Si aman servir, si lo hacen desde el alma, esta será una experiencia que los transformará para siempre.

Con fuerza, cariño y esperanza,

Una CMJ como ustedes.

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