La alcaldesa Astrid Pava Yara, expuso la difícil situación que se vive en su municipio a causa del Fenómeno del Niño.

En recientes declaraciones, la mandataria Astrid Pava Yara, reveló la crítica situación en Natagaima, donde las altas temperaturas vienen alcanzando hasta 44 grados. Este clima ha desencadenado problemas relacionados con el agua y devastación agrícola.

La alcaldesa destacó la expansión del Fenómeno del Niño, agravado por la proximidad del municipio al desierto de la Tatacoa. La escasez de agua afecta gravemente a áreas rurales, con acueductos regionales y suministros de agua interrumpidos, dejando a comunidades enteras sin acceso.

“El 80% de nuestra población es campesina, se dedica al sector agropecuario y, de hecho, no tenemos distritos de riego, reservorio de agua, y entonces se afectan los cultivos, se afecta la ganadería”, señaló.

Y argumentó que “en este corrido del fenómeno del Niño que inició el año pasado, en abril del 2023, que en Natagaima solo llovió como del 28, 29 de octubre y luego ahorita en diciembre, a finales del mes y unos poquitos días ahorita de enero, ha muerto mucho ganado, casi más de 450 cabezas de ganado han fallecido, la gente ha perdido los cultivos del maíz, del sorgo, también tenemos los cultivos de limón, el plátano, el cachaco, todo eso está afectado bastante”.

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Por otra parte, la alcaldesa mencionó que el río Magdalena, vital para la región, está experimentando fluctuaciones preocupantes, afectando la movilidad y el transporte local.

“En la margen derecha el río Magdalena nos atraviesa de sur a norte y nos divide el municipio en oriente y occidente, en la parte oriental, tenemos 11 veredas, 14 resguardos indígenas, dos cabildos y con ellos nos sentimos afectados porque el río se seca y empieza a armarse en el norte, entonces se impide el desplazamiento y en las mismas canoas con las que la gente se transporta por ese lado”, explicó.

Finalmente, ante este escenario, se plantea la posibilidad de medidas como el racionamiento de agua, pero la alcaldesa destaca la necesidad de soluciones a largo plazo, como la creación de infraestructuras de riego y reservorios del preciado líquido.