Opinión
¿Arboricidio y homicidio?
Por Carlos Andrés Jurado. Twitter: @SoyJurado
Un render o gráfico de la próxima obra de privatización del parque Centenario evidenciaría que la tala de samanes estaba prevista mucho antes del accidente que acabó con la vida de Andrés Felipe Góngora.
Un render o gráfico de la próxima obra de privatización del parque Centenario evidenciaría que la tala de samanes estaba prevista mucho antes del accidente que acabó con la vida de Andrés Felipe Góngora.
Aunque Cortolima y la Alcaldía de Ibagué justificaron la tala como una acción preventiva tras la muerte de Andrés, la evidencia expuesta por Alejandro Zuluaga en Twitter revelaría que, de todos modos, mucho antes del lamentable hecho, el alcalde Hurtado tenía planeado hacer dicha tala, a fin de construir la nueva entrada del proyecto de remodelación y privatización del parque Centenario.
¿Sin el accidente, Cortolima habría podido autorizar la tala de esos árboles? ¿Estos perjudicaban el proyecto e intereses económicos de Hurtado? ¿Por qué unos contratistas de Cortolima intervinieron el pavimento que protegía el árbol caido, poco antes del fatal accidente? ¿Este último resultó ser la excusa que el turista profesional (y en sus tiempos libres mandatario local) necesitaba para que la mandadera barretista y directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, autorizara la tala? ¿Todo lo anterior es casualidad, o estamos ya no solo ante un arboricidio, sino, además, ante un presunto homicidio?
Entretanto se aclaran estas dudas, Olga Alfonso debe renunciar y dedicarse a lo que mejor ha sabido hacer en materia ambiental: pavimentarle el camino a Barreto desde algún cargo público. Ojalá esta vez llegue a uno en el que sus cualidades éticas no se traduzcan en árboles caídos, aves desplazadas, calentamiento global, privatización del espacio público, ni, sobre todo, en la muerte de un ser humano.