Opinión

Acuerdos ciudadanos o miseria

Published

on

En los últimos días, el centro de pensamiento social que promueve la libertad económica, Libertank, reveló un informe sobre el índice de miseria departamental de Colombia 2023.

El indicador, compartido por el DANE y caracterizado por combinar las tasas de desempleo e inflación, ubicó al Tolima como el segundo departamento con más miseria en todo el país (30,6%), siendo apenas superado por la Guajira en 1,1 puntos porcentuales.

Más allá del dato, lo que llamó poderosamente la atención, fueron las reacciones de la clase política. No hubo mea culpa o catarsis, incluso, las iniciativas fueron opacadas por la danza de los señalamientos.

Si comparamos el dato con las cifras del Sistema de Indicadores Sociodemográficos del DNP, podemos concluir que el índice de miseria incrementó un 24,4% en los últimos 20 años, sin embargo, el debate fue otro: Los que están gobernando culparon a los que se fueron y los que se fueron culparon a los que hoy gobiernan, culparon al que quiere llegar a gobernar, al que lleva mucho tiempo gobernando y al que nunca ha gobernado.

Lo anterior dejó en evidencia una de las causas objetivas de la crisis. La falta de continuidad en proyectos estratégicos, la esterilidad de los documentos de planeación que periódicamente modifican y la falta de medidas que tengan efectos reales en la mitigación de la miseria, obedecen a la incapacidad de establecer acuerdos colectivos que piensen en ciudad, región y se antepongan a esos odios o a esos intereses que se asumen irreconciliables.

Muy pocos dijeron: “Acordemos esto para superar la miseria”; y casi todos dijeron: “fue culpa de este o aquel”, mientras tanto, las condiciones sociales y económicas siguen siendo negativas.

Sí, la inflación puede obedecer principalmente a las circunstancias internacionales, pero la tasa de desempleo se debe a 20 años de desencuentros. No hubo acuerdo colectivo para extender la vigencia de la Ley 44 de 1987 y recuperar el ambiente tributario que se respiraba en Ibagué durante la década de los 90; no ha sido posible establecer grandes acuerdos de cooperación entre gremios, Estado y sector educativo; pero, principalmente, hemos sido incapaces de establecer acuerdos de ciudad en donde todos los sectores sociales, sin importar su afiliación política, religión o estrato, construyan un proyecto basado en lo fundamental, es decir, en aquellos mínimos que nos pueden unir como ibaguereños.

La exaltada y envidiada planificación paisa, no es otra cosa que la capacidad de hacer acuerdos colectivos que garantizan la continuidad de un proyecto de región, sin que este viva con el miedo a ser estructuralmente modificado cuando asume un nuevo gobernante.

Lo anterior termina respaldando la iniciativa de construir un proyecto incluyente, por eso he tomado la iniciativa de consultar a miles de ciudadanos por la ciudad que sueñan y aquellas necesidades que entre todos deberíamos solucionar.

El resultado no ha sido otro que la urgencia de establecer acuerdos colectivos que, por ahora, se congregan en 7 temas, temas que definitivamente nos ayudarán a enfrentar la situación de miseria.

Acuerdos por la vida, en donde se atiendan necesidades en salud, educación, seguridad, convivencia, agua, deporte y arte; acuerdos por las oportunidades, que garanticen crecimiento empresarial, empleo de calidad y que conviertan a Ibagué en destino internacional; acuerdos por una ciudad organizada, que planifiquen y permitan un crecimiento urbano ordenado, con servicios públicos y un aeropuerto decente; acuerdos por el ambiente, la zona rural y los animales, que cuiden de los peluditos y que hagan del campo un motor de progreso; acuerdos por las familias, las poblaciones vulnerables y minoritarias, para que a ninguna persona le falte algo y para que trabajemos por ese ejercito de familias disfuncionales que pululan en nuestra ciudad; acuerdos por la cultura ciudadana, para que la gente entienda que también debe aportar.

Y por último, acuerdos por el buen gobierno, para que todo lo anterior sea llevado a cabo por funcionario públicos que de verdad le funcionen al público.

Lo aquí mencionado son resultados parciales, producto de la consulta permanente a los ibaguereños, un ejercicio que sigue vigente y que tiene por propósito involucrar en la construcción de ciudad hasta el último habitante.

Actualmente el proceso continúa y se siguen consolidando los acuerdos ciudadanos en barrios y corregimientos, convencidos de que ya pasó la era de los odios y de que es tiempo de construir, proponer y acordar entre todos.

Click to comment

Más Recientes

Salir de la versión móvil