Opinión
La Paz que Mata: El Fracaso anunciado del Gobierno Petro ante el ELN
Por: Felipe Ferro Lozano
El reciente atentado en Puerto Jordán, Arauca, ha dejado una vez más al descubierto la cruda realidad que se vive en Colombia. Tres valientes soldados han caído en manos de la barbarie del ELN, mientras que 25 más quedaron heridos en un acto atroz que refleja el desprecio absoluto de este grupo narcoterrorista por la vida.
En lugar de desarticularse, como prometió el presidente Petro durante su campaña, el ELN se ha fortalecido. Hoy, con más de 6,500 hombres en armas y presencia en 231 municipios de 19 departamentos, se burlan del país desde sus trincheras, amparados bajo la absurda «paz total» que el gobierno les ha otorgado.
¿Qué clase de paz es esta que premia a los asesinos con mesas de negociación y que les da tiempo y espacio para seguir masacrando a nuestro pueblo? Mientras los cabecillas del ELN, como Pablo Beltrán, Antonio García y Pablito, viajan por el mundo “hablando de paz”, sus secuaces en Colombia siguen extorsionando, reclutando menores y financiándose con la minería ilegal, las drogas y el secuestro. ¿Hasta cuándo vamos a soportar esta farsa? Durante los últimos 32 años, varios procesos de paz han fracasado con esta guerrilla, y este no es diferente. Lo único que ha cambiado es que ahora nuestros soldados tienen las manos atadas, y los terroristas, impunidad.
El ELN no ha mostrado, ni mostrará jamás, voluntad de paz. Es un cáncer que ha infectado al país y que, lejos de ser extirpado, se ha expandido bajo el manto protector de la paz total de Petro. Pero esta paz no es más que papel mojado, una falacia que nos venden desde Palacio mientras en las regiones seguimos contando los muertos. Las cifras de violencia en Colombia son un reflejo claro de este fracaso. Según INDEPAZ en el 2023 se registraron 94 masacres, 188 lideres sociales asesinados y 44 firmantes de paz asesinados. Estos números demuestran que seguimos atrapados en una dinámica retórica, sin políticas efectivas de protección a la vida.
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¿Dónde está el compromiso con la seguridad de los colombianos? Petro, quien prometió acabar con este grupo en tres meses, lleva más de dos años en el poder y lo único que ha logrado es que el ELN se enriquezca, se fortalezca militarmente y expanda sus operaciones tanto en Colombia como en Venezuela, bajo la mirada cómplice de Nicolás Maduro.
Es hora de levantarse de esa mesa de negociaciones. No podemos seguir entregando nuestro país a estos criminales que, con cinismo, justifican cada ataque brutal como un «acto legítimo». La paz no puede ser el fruto del miedo, y mucho menos del engaño. Colombia merece más que palabras vacías y promesas incumplidas.
Si este gobierno realmente quiere paz, que la busque donde debe: en la justicia y la firmeza. Que los cabecillas del ELN no disfruten de sus últimos días en las playas de Cuba, sino tras las rejas, pagando por cada vida que han arrebatado. Solo así, y no antes, podrá hablarse de verdadera paz.